Chiste: Langosta Capitán América.
- Estaba Jaimito en casa cuando llega su papá y le dice:
- Papá de Jaimito: Jaimito, aquí esta lo que me pediste para tu cumpleaños. Una langosta disfrazada de Capitán América.
- Jaimito: ¡Demonios, papá! ¡Te dije que quería el Capitán América y cenar langosta!
- Al día siguiente, Jaimito se llevó su langosta a la escuela.
- Pepito: ¡Pero Jaimito! ¿Qué demonios es eso?
- Jaimito: Mi еsтúрidо regalo de cumpleaños. Mi papá se equivoco y me dio esto y ahora no se que hacer соn esta ваsurа.
- Pepito: Recuerdo que una vez me pasó algo así y vendí el regalo y obtuve algo de dinero y соn eso pude comprar lo que quería.
- Jaimito: Pero, Pepito. ¿Y tu papá no se enojó porque lo vendiste?
- Pepito: No. Le dije que lo perdí.
- Jaimito: Pero, ¡Pepito! ¡Eres un genio! Voy a hacer eso. Este... ¿No me vas a comprar esto?
- Pepito: No.
- Y Jaimito empezó a intentar vender la langosta a todo el que se le ponía enfrente
(Música vaquera)
- Jaimito, resignado, decide llegar a casa temprano sabiendo que no había nadie. Mientras veía la tele en horas de escuela, ve que su mamá está llegando a la casa соn un hombre y para evitar ser castigado, Jaimito corre a esconderse. Sin pensarlo dos veces, va y se mete al armario del cuarto de sus papás. Ya estando ahí, escucha que su mamá se mete en la cama соn otro hombre que no era su papá y empiezan a hacer el amor.
(Amor)
De repente, se escucha que su papá también llegó temprano y la mamá le dice al otro hombre:
- Mamá de Jaimito: ¡Мiеrdа! ¡Apúrate! ¡Escóndete en el armario que acaba de llegar mi marido!
- Jaimito: Мiеrdа, está oscuro aquí. ¿Verdad?
- Cura: Sí, pero cállate niño. ¿Qué demonios haces aquí?
- Jaimito: Este... ¿Sabes? Tengo una langosta disfrazada de Capitán América que ando vendiendo.
- Cura: ¿Yo para qué demonios
Quiero eso? ¡Qué juguete tan ridículo!
- Jaimito: Me lo regaló mi papá de cumpleaños.
- Cura: ¡Ja! ¡Pues tu papá te jodió, niño! ¡Qué regalo tan еsтúрidо!
- Jaimito: Pues, ¿sabes? Ya que llegó mi papá a casa, le puedo decir que piensas eso.
- Cura: ¡No! ¡Tranquilo, niño! ¡Tranquilo! Está bien. Está bien. Dime cuanto quieres por la langosta.
- Jaimito: 400 dólares. Acepto cheques y tarjetas de crédito.
- Cura: ¡Estás lосо! Esas langostas no cuestan más de 10 dólares.
- Jaimito: Bueno. Está bien. Déjame. Le voy a preguntar a mi papá a ver que opina.
- Cura: ¿Aceptas cheques de un banco extranjero?
(Dinero)
- Esa tarde el papá de Jaimito encontró la langosta enfrente de la casa.
- Papá de Jaimito: ¡Demonios! ¿Cuándo va a aprender este niño a cuidar sus cosas? Hijo, te tengo una sorpresa. Tu langosta. La vi tirada enfrente de la casa.
- Jaimito: Este... Gracias, papá. Mi juguete favorito.
- Al día siguiente, se repitió la historia y Jaimito intentó de nuevo vender la langosta.
(Música vaquera)
- Se fue temprano a casa, llegó la mamá temprano y Jaimito acabó en el armario.
- Jaimito: Мiеrdа, está oscuro aquí. ¿Verdad?
- Cura: ¡Demonios! ¿Qué haces otra vez aquí?
- Jaimito: Lo mismo digo. ¿Sabes? Ando vendiendo otra langosta.
- Cura: ¿Yo para que quiero otra langosta? La otra la tiré al frente de tu casa.
- Jaimito: Acaba de llegar mi papá. Le voy a decir lo que piensas de la langosta que me dio él.
- Cura: Está bien. Está bien. Te doy otros 400 dólares.
- Jaimito: Esta vale 900.
(Dinero)
- Al día siguiente...
- Papá de Jaimito: Jaimito, ¿qué demonios traes ahí?
- Jaimito: ¿Esto? Es mi nueva espada láser.
- Papá de Jaimito: ¿De dónde sacaste dinero para comprar eso?
- Jaimito: Pues, vendiendo la langosta.
- Papá de Jaimito: Pero ¡que саrаjо! ¡Que gente compró esa ваsurа! Pero, este..... Excelente juguete. Digo, ¿cómo соn el costo de vender una langosta pudiste comprar un juguete tan caro como una espada láser?
- Jaimito: Es que me dieron 1300 dólares por la langosta.
- Papá de Jaimito: Jaimito, has hecho mal en vender cosas que te he regalado sólo соn el fin de sacar dinero. Eso es codicia y has pecado, hijo mío. Ve a la Iglesia para que te confieses.
(Espada láser)
- Jaimito iba camino a confesarse cuando vio a un policía que le dijo:
- Policía: Niño, no más te recuerdo que si vas a la Iglesia tengas cuidado porque no hay electricidad en toda la cuadra.
- Jaimito llegó a la Iglesia y lo recibió una monja.
- Monja: Bienvenido a la casa del señor, Jaimito. No hay luz, pero pasa. El padre está solo en la Iglesia haciendo confesiones.
- Jaimito: Мiеrdа, está oscuro aquí. ¿Verdad?
- Cura: ¡No me jodas! ¡Otra vez tú! ¡Ya te compré dos langostas!