Una viejita estaba caminando por la calle, arrastrando dos grandes bolsas plásticas de ваsurа, una en cada mano.
Una de las bolsas tenia un hueco y de vez en cuando un billete de 20 pesos salía de la bolsa y caía en la vereda.
Viendo esto, un policía la para y le dice:
- Señora, hay billetes de 20 pesos saliéndose de esa bolsa.
- Caramba dice la viejita, "Tengo que volverme para recoger los billetes, gracias por avisarme".
- Un momentito, dice el policía... no tan rápido. ¿De dónde sacó usted todo ese dinero? ¿Se lo ha robado?
- Oh no, dice la viejita, el terreno de atrás de mi casa, da para el estacionamiento del estadio de fútbol, y cada vez que hay un partido y los hinchas quieren orinar, antes de entrar o salir del estadio, ellos se paran enfrente de los arbustos que dan para mi casa, y orinan en mis flores que acabo de sembrar
Entonces, yo me paro detrás de los arbustos соn unas tijeras bien grandes, y cada vez que alguien se pone en los arbustos para orinar, yo le digo:
¡ Deme 20 pesos o se lo corto!
Dice el policía,
-¡ "oiga no está mala la idea" Buena suerte!
Y dígame, ¿ qué hay en la otra bolsa?
- Bueno, dice la viejita, ¡¡No todos pagan!!

La Abuela
(Infinita sabiduría de las venerables abuelas)
Los Abogados jamás deberían hacer una pregunta a una abuela si no se encuentran preparados para la respuesta.
Durante un juicio en un pequeño pueblo, el abogado acusador llamó al estrado a su primera testigo, una mujer de avanzada edad.
El abogado se acercó y le preguntó:
- Sra. Fortunati: ¿sabe quién soy?
Ella respondió:
- Sí, lo conozco señor Sanny. Lo conozco desde que era un niño y francamente le digo que usted resultó ser una gran decepción para sus padres. Siempre miente, cree saber de todo, es muy prepotente, abusivo, engaña a su esposa y lo peor de todo, manipula a las personas. Se cree el mejor de todos cuando en realidad es un pobre hombre. Sí, lo conozco....
El Abogado se quedó perplejo, sin saber exactamente qué hacer. Apuntando hacia la sala, le preguntó a la sra. Fortunati:
- ¿Conoce al abogado de la defensa?
Nuevamente ella respondió:
- Claro que Sí, Yo también conozco al señor Pérez desde que era un niño. Él es un flojo y medio raro, y tiene problemas соn la bebida. No puede tener una relación normal соn nadie y es el peor abogado del Estado. Sin mencionar que engañó a su esposa соn tres mujeres diferentes, una de ellas la esposa suya, ¿recuerda? Sí, yo conozco al Sr. Pérez. Su mamá tampoco está orgullosa de él.
El abogado de la defensa casi cae muerto.
Entonces, el Juez llama rapidamente a los dos abogados para que se acerquen al estrado, y les dice:
- Si alguno de los dos, le pregunta a esa vieja si me conoce, los mando a la silla eléctrica a los dos.

Un doctor que había estado viendo a una viejecita de 75 años durante muchos años, se retiró.
Cuando la viejita vuelve a su control mensual, el nuevo doctor le pidió que trajera una lista de todas las medicinas que le habían recetado anteriormente. Cuando el joven doctor revisaba la lista, sus ojos casi se desorbitaron cuando vio que le habían recetado píldoras anticonceptivas.
- Doña Carlota, ¿usted sabe que estas son PÍLDORAS ANTICONCEPTIVAS?
- Sí Doctor, me ayudan a dormir por la noche.
- Doña Carlota, le aseguro que no hay ABSOLUTAMENTE NADA en estas píldoras que le ayuden a dormir.
Entonces la viejita se acercó al joven doctor, le dio una palmadita en su brazo y le dijo:
- Sí, mi querido doctor, eso ya lo sé; pero todas las mañanas disuelvo una en el jugo de naranja de mi nieta de 16 años y ni se imagina lo bien que duermo todas las noches!