Cornelio vivía en México, y un día se encontraba en un bar tomando tequila; se le notaba feliz leyendo una carta.
Se le acerca un amigo y le dice:
– Cornelio, que dice esa carta que te tiene tan contento…
- Es que mi mujer, que vive en España, acaba de dar a luz a mi quinto hijo… —Contesta el Cornelio
- Pero, si hace ya más de 5 años que tu no ves a tu mujer, y sin verla… mejor dicho sin “tocarla”, es imposible…
- Sí, hace más de 5 años que no nos vemos, y sin embargo, gracias a un invento mío, cada año tenemos un hijo; y соn este que acaba de llegar, completamos 5….
- Dice Cornelio notablemente emocionado. —Y… ¿ me podrías decir cual es ese invento para embarazar a tu mujer a distancia?
- Si, te lo contaré porque eres mi amigo, y guardarás mi secreto.
El invento mío es; que yo me excito, coloco mi “semilla” en un frasco y se lo envío.
Ella lo recibe en España, se lo aplica y queda embarazada… ¿no te parece que soy muy inteligente? .
- Yo lo que creo es que tu eres muy inocente…
- Dice el amigo y agrega.
- ¿ Porqué no le envías algún liquido blanco en el frasco, y esperas a ver que pasa…?
Cornelio se va para su casa pensando en lo que le dijo su amigo, y decide que para el próximo envío de “semilla”, preparará una mezcla соn pegante blanco, harina y leche.
Espera un tiempo prudencial y lo envía como siempre en un pequeño frasco.
A los 2 meses Cornelio recibe una carta de su mujer anunciándole que ha quedado embarazada de nuevo Cornelio lee la carta varias veces porque no lo puede creer…
Finalmente estruja la carta contra el pecho, cae de rodillas y exclama:
- ¡¡¡Eureka!!! ¡¡¡ He descubierto la fórmula del espermatozoide…!