Excusas elegantes ante la recesión:
Los restaurantes estaban acabando соn mi estómago, nada como la comida casera.
Esta comprobado que los celulares producen cáncer.
Decidimos cambiar a los niños de colegio, esos colegios bilingües ya no enseñan valores.
Yo corté соn la rumba los viernes, uno termina la semana fundido.
Prescindí del chofer, no resisto la conversadera.
Decidimos no darles tantos juguetes a los niños, después no valoran nada.
Me tocó salir de la acción, ese club se llenó de gente rara.
Como son de decorativas las artesanías.
Este año no salimos, la capital es deliciosa en Diciembre.
Para qué un Pentium III, eso es exagerado.
No es que estemos recortando personal, es que por reingeniería nos pasamos al sistema outsourcing.
Cancelamos el crucero por las Bahamas, que tal que nos agarre un huracán.
El Botero (NB. Famoso escultor, referencia a una obra suya) nos lo pidieron prestado para una retrospectiva en Europa.
Estoy andando en el Hyundai de mi mujer mientras llegan los repuestos del Mercedes.
El médico me prohibió el sushi.
Yo odio esas Explorer y Blazers que se lo llevan a uno por delante, son unos mafiosos.
Lo clásico nunca pasa de moda. Eso de Versace, Armani o Boss es para disfrazar actrices y modelos.
¡ Estos Daewoo son buenísimos!
Ah, estamos dichosos sin empleada.
Con este desastre de calles no se justifica cambiar de carro.
¿ La suscripción de TV cable? La suspendí, los niños se la pasaban pegados a la TV todo el día.
¿ Mariscos? Ni muerto, soy alérgico desde chiquito.
El viaje a Europa lo aplazamos, este invierno va a estar durísimo.