Jaimito estaba escribiendo una carta al niño Jesús en vista de la proximidad de la Navidad:
"Estimado Niño Jesús: Me he portado muy bien este año, favor regálame una bicicleta y un nintendo. Atentamente, Jaimito".
Dobla la carta, la pone en un sobre, la lleva a la sala a ponerla debajo del árbol de Navidad. Junto al árbol se encontraba una pequeña estatuilla de la Virgen Maria. Cuando va a poner la carta, Jaimito mira a la estatua, se arrepiente, se da la vuelta y regresa a su cuarto. Rompe la carta y escribe una nueva:
"Estimado Niño Jesús: Es cierto que no me he portado tan bien este año, pero creo que por las acciones buenas me merezco un Nintendo y una Bicicleta. Atentamente, Jaimito".
Nuevamente dobla la carta, la pone en un sobre y se va hacia la sala a ponerla debajo del árbol. Al llegar, vuelve a ver la estatua de la virgen, se da la vuelta y regresa a su cuarto. Rompe la carta y vuelve a escribir una tercera versión de la misma:
"Estimado Niño Jesús: Es verdad, me he portado mal este año, pero yo se que si me regalas un Nintendo y una Bicicleta, será suficiente incentivo para portarme bien el próximo año. Atentamente, Jaimito".
Dobla la carta, va a la sala y nuevamente mira fijamente a la estatua, se da la vuelta y regresa a su cuarto. Muy enfurecido destroza la carta y no sabia que hacerse del mal genio. Hasta que, de pronto, sale corriendo del cuarto hacia la sala, toma la estatua de la Virgen, la trae de regreso a su cuarto, le cubre los ojos y la boca cinta adhesiva, la envuelve en unas cobijas, la rodea соn cadenas, la mete en un baúl, pone candados en el baúl, se sienta muy cómodamente соn una risa muy burlona encima del baúl y escribe nuevamente una carta que dice así:
"Estimado niño Jesús: si quieres volver a ver a tu madre, dame un Nintendo y una bicicleta. Jaimito".