Un misionero, luego de pasar varios años enseñando a la tribu africana “Samburu”cómo cultivar y construir cosas para ser independientes, recibe la noticia de que debe regresar a casa.
Entonces se da cuenta de que durante el tiempo que había permanecido ahí nunca enseñó a los nativos su idioma, así que pide al jefe que le acompañe.
Juntos caminan por el bosque y el misionero señala un árbol y dice:
“Esto es un árbol”.
El jefe mira el árbol y repite:
“Árbol”.
El misionero está satisfecho соn la respuesta. Caminan un poco más y el misionero señala una roca y dice:
“Esto es una roca”.
Al oír esto, el jefe mira y repite:
“Roca”.
El religioso está realmente entusiasmado соn los resultados cuando escucha un susurro en los arbustos…
Mira por encima y ve a una pareja en medio de una intensa actividad sеxuаl.
El misionero se pone nervioso y no sabe qué decir. De pronto improvisa:
“Montar a bicicleta”.
El jefe mira fijamente a la pareja, saca un arma y los mata.
El misionero no puede creer lo que acaba de pasar y le grita al jefe:
“He pasado años enseñando a la tribu cómo ser civilizados y amables unos соn otros, ¿cómo puedes matar a esa gente a sangre fría?”.
Y el jefe de la tribu responde:
“Mi bicicleta.”
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