Esta era una chica, que estaba indecisa, porque no sabía соn cuál de los dos pretendientes casarse. Uno es un contador, y el otro es un militar. Al verse соn la duda, le pregunta a su madre:
- ¿Соn cuál de los dos me caso, mamá?
- No lo pienses dos veces hija. Cásate соn el militar, que es el que te conviene.
- ¿Por qué dices eso, mamá?
- Mira, ellos, se levantan temprano, arreglan la cama, hacen su desayuno, y además reciben órdenes.
En cierta ciudad hay dos familias que quieren casar a las hijas; pero no hay chicos adecuados en el pueblo, así que deciden unirse para buscarlos por los pueblos de los alrededores. Finalmente encuentran dos excelentes partidos, y les invitan a que vayan a conocer el pueblo. Pero resulta que uno de ellos se arrepiente por el camino, y sólo uno de ellos llega al pueblo. Y es una joyita, así que las dos familias lo quieren. Total, que las dos familias empiezan a discutir de quien es el novio, y como la cosa no se aclara, deciden hablar соn el juez más viejo de los alrededores. El juez decide lo siguiente:
Lo que haremos es muy simple, partiremos al chico por la mitad, y le daremos un trozo a cada familia para que no hayan discusiones.
Entonces, la madre de una de las novias dice:
No, por favor, pobre muchacho, como le van a hacer eso.
Pero la segunda madre dice:
¡ Eso, eso, que lo partan, que lo descuarticen!
Entonces, el juez mira a la segunda madre y decide:
El chico se casa соn su hija, ¡Usted es la verdadera suegra!