В съда на малък южноамерикански град
Малко провинциално градче. Съдебно заседание. Прокурорът
Durante un processo in un piccolo paesino
Durante um julgamento em uma pequena cidade do interior
Een aanklager vroeg aan zijn eerste getuige
In un tribunale l’accusa chiama il suo primo testimone alla sbarra. E’ una vecchia signora conosciuta da tutti in citta’. L’avvocato dell’accusa chiede: “Signora Smith
Under en rettsak kaller en advokat sitt første vitne
Тужител повикува сведок
Bir mahkemede şahit olarak o bölgede yaşayan ve herkesin tanıdığı yaşlı bir kadın çağrılır. Bir davada tanıklık etmesi için kürsüye çağrılır. Yaşlı kadın yerine oturur ve davalının avukatı kadına...
Egy ügyvédnek sosem szabad megkérdeznie a tanút
- Doña Genoveva, ¿Ud. me conoce, sabe quién soy y qué es lo que hago?
- ¡Claro que lo conozco, Eduardo! Yo lo conozco desde cuando era bebé. Las personas que lo veían en aquel entonces sólo lloraban. Debió haber sido por el pitito chiquitito que usted tenía. Y después, francamente, usted me decepcionó. Usted miente, traiciona a su mujer, manipula a las personas, gusta del chusmerío. Usted cree que es influyente y respetado en esta ciudad, cuando en realidad es usted un verdadero desgraciado. Ni siquiera sabe que su hija está embarazada y, por lo que pude enterarme, ella ni siquiera sabe quién es el padre de la criatura. ¡Claro que lo conozco!
El Fiscal queda petrificado, incapaz de dar crédito a cuanto estaba oyendo. Queda mudo, mirando hacia el Juez y hacia los jurados. Sin saber qué hacer, señala al abogado de la defensa y pregunta a la viejita:
- Y al abogado de la defensa, ¿Ud. lo conoce?
- ¿A Robertito? ¡Claro que lo conozco! Desde chiquito. Yo lo cuidaba cuando María, su mamá, aprovechando la ausencia de su marido, salía para atender cualquier otro "compromiso". Y él también me decepcionó. Es perezoso, puritano, alcohólico y siempre está queriendo dar lecciones de moral al resto de la gente sin siquiera tener moral propia. No tiene amigos y, además, lleva perdidos casi todos los juicios en los que actuó. Al margen de estar siendo traicionado por su mujer соn el mecánico ... ¡соn el mecánico!
A esas alturas, el Juez pide a la señora que permanezca en silencio, llama al Fiscal y al abogado de la defensa al estrado y les dice en voz baja a ambos:
- Si alguno de ustedes le llega a preguntar si me conoce a esta vieja loca, va a salir preso de esta sala... ¿Fui claro?