Chistes calientes - Chistes para adultos

Un granjero lleva su camioneta al pueblo y el mecánico dice que tiene que dejarla hasta el día siguiente, así que decide regresar caminando a su granja, que no queda lejos.
En el camino pasa por la ferretería y compra un balde y un tarro de pintura. Allí, un colega le entrega dos gallinas y un ganso que le debía.
Ahora nuestro granjero tiene un problema: Cómo llevar todo a casa caminando.
Mientras piensa cómo hacer, se le acerca caminando una señora madura y le pregunta cómo llegar a la granja de los González; el granjero le dice que va en esa misma dirección, y que si no tuviera que llevar esa carga la acompañaría.
La señora dice:
- ¿Por qué no pones la lata de pintura en el balde? Lo llevas en una mano; te pones una gallina debajo de cada brazo y llevas el ganso en la otra mano.
El granjero sorprendido agradece y comienza a acompañar a la señora. En un momento le dice:
- Conozco un atajo, que nos saca del camino principal, pero nos ahorramos un kilómetro.
La dama lo mira соn desconfianza y responde:
- Soy una viuda solitaria sin un hombre que me defienda. ¿Cómo sé que no me vas a llevar por el medio del campo, me vas a poner contra un árbol y vas a abusar de mí?
- ¡Pero señora! Aún cuando quisiera, ¿cómo hago? Llevo un balde, una lata de pintura, dos gallinas y un ganso. ¿Cómo hago para achucharla contra un árbol y abusar de usted?
- Pues, pones el ganso en el suelo, lo cubres соn el balde, colocas la pintura encima del balde y yo te aguanto las gallinas... ¡¡¡Es que no teneis iniciativa, соñо!

Un hombre murió y fue en viаdо al infierno. Allí encontró al diablo, quien le dijo que acababan de introducir algunas mejoras y que ahora cada nuevo inquilino podía elegir entre tres tipos de tortura.
El demonio le explicó que estas torturas corrían en ciclos de mil años y que podía elegir en cuál ciclo empezar.
El tipo fue conducido por el diablo a la primer sala de torturas donde un hombre estaba siendo azotado соn cadenas.
- Paso al siguiente - dijo el fulano -.
En la siguiente sala, un hombre estaba colgado de los brazos y lo estaban azotando соn un látigo соn puntas de hierro. El tipo sacudió la cabeza en señal de disgusto.
Finalmente, pasaron a la última sala, donde otro hombre estaba atado a la pared, totalmente desnudo. Una mujer escultural le estaba practicando sеxо оrаl. El tipo dijo:
- Sí, sí, aquí es donde quiero empezar.
El diablo le preguntó:
- ¿Estás seguro?. Te recuerdo que esto va a durar mil años.
- Sí, estoy seguro. Éste es el lugar.
- Bueno - aceptó el demonio encogiéndose de hombros -.
El diablo caminó hasta donde estaba la hermosa rubia, le tocó el hombro y le dijo:
- Ya llegó tu reemplazo.