Chistes y anecdotas de Cerdos, Chistes y anécdotas Cochinos
Unos recién casados llegan a su luna de miel, y la esposa muerta de miedo le dice al marido:
- Mi amor, yo no sé nada de esto... perdóname pero vas a tener que enseñarme.
- No te preocupes -dice el hombre frotándose las manos. Lo haremos como si fuera un juego...
- Bueno, ¿cómo se llama juego?
- El juego se llama "EL REO Y LA PRISIÓN". Tus partes íntimas serán "la prisión" y lo mío será "el reo". El juego consiste en meter al reo en la prisión y no permitir que se salga...
La pareja empieza el juego, y juegan hasta quedar exhaustos. El hombre se tiende en la cama, pero la chica se le abalanza encima diciéndole:
- Amor, ¡el reo se fugó de la prisión!
El hombre encantando соn la reacción de la chica, conduce de nuevo al reo "tras las rejas". Cuando terminan, el hombre trata de tomar un merecido descanso cuando la muchacha exclama:
- Mi amor, ¡se ha fugado de nuevo!
El hombre ya casi sin fuerzas, toma al reo por el cuello y lo conduce de nuevo. Pero una vez más al terminar la chica dice:
- Mi amor... ese prisionero es un bribón, se salió otra vez...
- ¡Саrаjо, no más! ¡El reo no tení cadena perpétua!
Una loca jugaba corriendo en su silla de ruedas a lo largo del pasillo del manicomio imitando el ruido de un automóvil. De repente sale un lосо de una habitación, la detiene y le dice:
- Disculpe señorita, pero está usted sobrepasando el límite de velocidad permitido en esta avenida. ¿Puedo ver su licencia?
La loca busca en su bata y saca un boleto viejo del metro. El lосо verifica el documento, se lo devuelve y la deja seguir..
La loca "prende" su veloz auto y arranca de nuevo imprimiendo velocidad. Al pasar otra vez ante la habitación del lосо, éste surge de nuevo. Vuelve a detenerla y dice:
- Disculpe señorita, pero he visto como
Pasaba la doble línea continua. Le importaría mostrarme su permiso para conducir?
La demente busca otra vez en sus bolsillos y le entrega la envoltura de una chocolatinas. El lосо comprueba que los papeles están en regla, la amonesta de nuevo y deja que se vaya otra vez.
La loca continúa conduciendo a toda velocidad por los pasillos... Y, al volver a pasar por el mismo sitio, sale el lосо por tercera vez de su habitación, pero ahora el loquito está totalmente desnudo y соn el pene en pleno estado de excitación...
La loca lo observa detenidamente y exclama:
- ¡Ay no, no jodas...! ¿Otra vez соn la prueba de alcoholemia?