Chistes de coches, Chistes de Autos, Chistes y anécdotas Autos
Era una mañana de día Domingo y en una ciudad muy habitada se daba por inaugurada una nueva carretera que permitiría a los automovilistas viajar más rápido, la policía estaba muy contenta y el alcalde le propuso a un oficial de policía que regalara 1.000 dólares al automóvil 1.000 que pasara por la nueva carretera, se dio la oportunidad, y el oficial hace detener un carro y se expresa así:
¡ Muy buenos días, señor!, tengo el agrado de comunicarle que usted ha ganado 1.000 dólares por haber sido el automóvil número mil de esta mañana, el oficial muy ansioso le dice:
¿ Qué piensa hacer соn el dinero?
El conductor le dice:
Bueno, ya es tiempo para tomar lecciones de conducir y pagar mi licencia.
Mientras la esposa del conductor que estaba sentada al lado le dice:
No le haga caso señor policía, si éste cuando se cura no sabe lo que habla.
El oficial de policía se enfureció y le dijo:
En ese caso mi amigo, detenga el vehículo y bájese.
Y la suegra que estaba en el asiento trasero le dice:
¡ Viste, te dije que no llegaríamos a ningún lado соn un vehículo robado!
Un señor de mediana edad lleva una hоrа sentado en un bar mirando la copa sin beberla, cuando llega un camionero alto y gordo y se bebe la copa de un solo trago. El pobre hombre se echa a llorar, y el camionero le dice:
- ¡Vamos, buen hombre, era solo una broma, ahorita le pido otra copa! El señor le contesta:
- No, no es eso, es que hoy ha sido el peor día de mi vida. Primero, llego tarde al trabajo y me despiden. Luego, al llegar donde había dejado mi coche, veo que se lo habían robado. Camino a mi casa y veo a mí mujer соn otro hombre, y me vengo para acá, y cuando por fin iba a terminar соn todo esto, llega usted y se toma mi veneno.
Se descompone el automóvil de un hombre en un camino cerca de un poblado. Abre el cofre y empieza a buscar el desperfecto. En eso se oye una voz que dice:
¡ Es el distribuidor!
Voltea y no ve a nadie, sólo a un caballo que estaba al lado del camino, y sin más sigue buscando el desperfecto. Y otra vez se oye la voz:
No hay duda, es el distribuidor, está flojo el distribuidor.
Antes de que terminara de oírse la voz voltea el hombre, y ve sorprendido que el caballo era quien estaba hablando. Y haciéndole caso al caballo arregla el distribuidor, y arranca hasta llegar una cantina del poblado. Dirigiéndose al cantinero le dice:
¿ Me da un wisky?, no me va a creer lo que me pasó en el camino, se me descompuso mi carro, y un caballo nеgrо me habló.
El cantinero sin desconcertarse le responde:
¡ Que bueno, porque el caballo blanco no sabe nada de mecánica!
Va una monjita por la carretera, cuando de improviso, su automóvil, comienza a fallar y segundos después se detiene a la orilla del camino. Sor Maria, mira el tablero y se da cuenta que se ha quedado sin gasolina. Baja del vehículo, y al ver aproximarse otro automóvil, le hace señas para que se detenga. El conductor amablemente se detiene y le pregunta que pasa.
Me he quedado sin combustible, ¿Usted me podría dar un poco, para continuar?
Amablemente el Sr. busca una manguera y la coloca en el tanque, y recién allí se da cuenta que no tiene ningún recipiente donde poner la gasolina.
Hermanita ¿No tendrá usted algún frasco o envase?
La monjita busca y revuelve en el maletero, y solo encuentra una bacinilla ( bacinica) , pero ante la emergencia, соn un poco de vergüenza, se la alcanza al hombre. Ya llena hasta la mitad, este se la regresa, y emprende nuevamente su marcha.
Sor María saca la tapa del tanque, y comienza a volcar el contenido lentamente para que no se derrame.
Justo en ese momento aparece un camión por la ruta, y al pasar junto a la monjita, el conductor se asoma por la ventanilla y le grita a Sor María.
¡ Hermanita, usted si que tiene fe, y cree en los milagros!
Va un señor соn rumbo a una reunión de negocios muy importante. Estalla un neumático de su auto, justo frente a un manicomio. El señor toma sus herramientas y baja del auto, saluda a un lосо que estaba observándolo por una ventana. El señor quita las tuercas y va a la parte trasera del auto por el repuesto del neumático, pero cuando vuelve no encuentra las tuercas, por lo que no puede poner el repuesto.
Se preocupa y pone cara de desesperación porque se le hace tarde para su cita de negocios. Entonces, después de contarle sus preocupaciones al lосо que no ha dejado de mirarlo, se desarrolla esta conversación:
- ¿Conoce usted algún teléfono que pueda utilizar para llamar a una grúa-remolque o a mi mecánico y avisar a mi cliente que estoy un poco tarde?
- Caballero, por qué se preocupa, esto tiene una solución muy sencilla y no toma mucho tiempo.
El señor соn mucha curiosidad, pero desconfiado pregunta:
- ¿Está seguro de eso? ¿Y cuál es la solución?
- Muy fácil, quite una tuerca de cada una de los otros neumáticos, se las pone al repuesto y puede conducir sin problemas соn tres tuercas en cada neumático, hasta que coloque las tuercas que hagan falta.
Luego de una rápida reflexión el señor dice:
- Pero usted tiene toda la razón. Dígame, ¿Por qué esta usted internado en un manicomio siendo tan inteligente?
A lo que el lосо muy seguro responde:
- Estoy recluido por lосо, ¡No por тоnто!