- Mujer: ¡Amor de mi vida! ¡Jaimito! Hoy es el día en el que vamos a ver a mi mama. Espero que hayas llevado el carro al taller como te pedí.
Recuerda que no podemos darnos el lujo de quedarnos en un hotel si se nos descompone el carro.
- Jaimito: Este... Si lo lleve.
- Un momento más tarde:
- Mujer: ¡Соñо, Jaime! Solo tenías que hacer una sola cosa. ¡Una sola cosa!
- Un par de kilómetros más adelante, encontraron un hotel y decidieron pasar la noche.
- Recepcionista: Oh, nuevas víctimas. Oh, digo, huéspedes. Bienvenidos al hotel Tecojohorita. ¿En que puedo ayudarles?
- Jaimito: Mire, buen hombre. Necesito una habitación. Deme la mas económica que tenga. Veo que este hotel es de pedorraje y no tenemos tanto presupuesto.
- Recepcionista: A ver que le dice el sistema. Perfecto. Aquí hay una. El botones os llevará a su cuarto. Mañana le dejaremos la factura en la puerta.
- Jaimito: Мiеrdа, esto se ve algo caro.
- Al llegar la mañana:
- Al dia siguiente, la factura estaba en la puerta como le prometía el recepcionista. Jaimito la levantó y leyó de inmediato el gran total.
- Jaimito: ¡Oiga! ¡He estado leyendo la factura y aquí hay cosas que están equivocadas!
- Recepcionista: A ver, ¿en que puedo ayudarles?
- Jaimito: ¡Mire! Aquí dice: Uso de la piscina: 1000 dólares. ¡Ni yo ni mi mujer hemos usado la piscina ni un solo día!
- Recepcionista: Oh, ya veo. Pero, ¿qué le puedo decir? Hay piscina. La tenía a su disposición y si no la ha usado, es su problema.
- Jaimito: ¡¿Quién dice: Uso de cuarto de juegos y bar: 2000 dólares?! ¡Ni siquiera sabía que existía eso!
- Recepcionista: Mire joven, pero el cuarto de juegos y bar existe y si no lo ha usado, es algo que a nosotros no nos importa. Es su problema.
- Jaimito: ¿Qué me dice lo de: Entradas al cine para ver la película de ''Рuто Pelo contra las momias? ¡No hemos visto esa película y ni sabíamos que el hotel tenía cine!
- Recepcionista: ¿Qué quiere que le diga? Ahí está la sala de cine. Ahí la tenía.
- Jaimito: Por último, aquí dice: Uso del gimnasio: ¡¿400 dólares?! y ¡ni yo ni mi mujer hemos usado ese gimnasio!
- Recepcionista: ¿Y del tamaño de este gimnasio? Mire todas las máquinas. Si no lo ha usado, es algo que a nosotros no nos importa.
- Jaimito: Bien, bien. Entonces la cuenta asciende a: 5000 dólares, ¿verdad? Pues aquí les dejo 1 dólar y cerramos la cuenta.
- Recepcionista: ¿Que? ¿Cómo ha dicho?
- Jaimito: Lo que ha dicho.
- Recepcionista: ¡Pero faltan 4999 dólares!
- Jaimito: Así es, pero lo que cobro para tener relaciones sexuales соn mi mujer.
- Recepcionista: ¡Pero si no la hemos tocado! ¡Les juro que ningún empleado de este hotel les ha hecho el menor intento de ponerle un dedo a su mujer!
- Jaimito: Así es, pero ahí la tenían. Si no lo han hecho, no es nuestro problema.
Un grupo de hombres está en el gimnasio de un club y suena un celular. Uno de los hombres contesta:
¿ Si?
¿ Querido, eres tú? ¡Se oye horrible!
¡ Hola, hola!
¿ Estás en el gimnasio?
¡ Sí!
Estoy frente a la vidriera de una peletería viendo un tapado de visón precioso. ¿Puedo comprármelo?
¿ Y cuánto cuesta?
Como 5.000 dólares.
¡ Dale!, y cómprate también un bolso que haga juego, amor mío.
Bueno, esteee, resulta que también pasé por una automotora, y pensaba que ya es hоrа de cambiar el auto, así que entré y pregunté.
¿ Ah que no sabés qué?, resulta que tienen un BMW, en oferta y es el último que les queda
¿ Y de cuánto es esa oferta?
Sólo 60.000 dólares, ¡Y es divino!
Buuueno, cómpralo, pero que te lo den соn todos los accesorios, y si sale un poco más, como situación excepcional, no me voy a enojar.
La mujer, viendo que hoy todos sus pedidos "colaban", decidió arriesgarse:
Cariño, ¿Te acuerdas que te conté que mamá quería venirse a vivir соn nosotros? ¿Te parece bien que la invite por un mes, a prueba, y el mes que viene lo volvemos a hablar?
Mmmm, bueno, está bien, ¿Pero no me pidas nada más, ¿Eh?
Sí, sí, está bien, ¡Ay cuanto te adoro, mi amor!
Yo también te quiero. Un besito y te dejo. Chau.
Al colgar el teléfono, el hombre se gira al grupo y pregunta:
¿ Alguien sabe de quién es éste celular?