Chistes y anécdotas Groseros
Un conductor de autobuses, muy grosero, grita a la gente:
- ¡Vamos arriba, cornudos! Un señor se le acerca y le dice muy educado:
- Le felicito. ¿Cómo ha sabido que yo soy un cornudo? Pero, fíjese, yo tuve un hijo; luego, marché dos años al extranjero y, cuando regresé, encontré que tenía dos hijos... Entonces, al primero le dije:
"Tendrás talento y serás ingeniero"
; y al segundo:
"Tú eres un hijo de рuта, por lo que serás conductor de autobús"...
Una señora recorre sin resultado varias clínicas, tratando de curar el hipo de su hijito. Días más tarde, una curandera le aconseja que, durante la noche, le coloque en el miembro un rojo, ¡y el remedio funcionará! Pasando un tiempo, el marido llega a casa borracho, y su hipo no le deja a la señora dormir. Entonces, ésta recuerda el remedio, y apela al mismo. A la mañana siguiente, el marido, al sacársela para orinar, exclama:
- Que me emborraché, me acuerdo... que estuve en el prostíbulo, también... pero que me premiasen, ¡eso sí que se me ha olvidado!
El matrimonio no marcha de acuerdo y, al final, ella solicita el divorcio. El frustrado marido se queda соn el corazón hecho pedazos, y no nota ningún alivio al saber que ella se ha vuelto a casar. Semana después, obsesionado por la curiosidad acerca de la valía de su sustituto, escribe una carta a su ex esposa, preguntándole cómo le va. Recibe un telegrama соn una palabra:
'Chevrolet'.
El compungido, sin comprender el significado del mensaje, se dirige a un salón de exposición de coches, confiando en que encontrará la respuesta. Y lo primero que ve es un gran cartel que dice:
'Chevrolet, más grande, más sólido y 12 centímetros más largo'