Un tipo hambriento entra a un restaurante; se sienta en una mesa sucia y ordena:
¡ Ea, mesero, venga aquí por favor!
Pero nadie le hace caso.
Insiste:
¡ Oiga, mesero, venga por favor!
Nuevamente, nadie le hace caso.
Mientras espera, mira hacia la mesa y ve a 15 hormigas 'punk' en motos, armadas соn bates, cadenas, navajas y látigos persiguiendo a una sola. La hormiga solitaria vestía chamarra nеgrа, pantalón de cuero, botas negras y conducía una motocicleta plateada.
El hombre, asombrado, observa como el grupo de 15 hormigas intenta atrapa a la hormiga solitaria, cuando, de pronto, la hormiga solitaria da un giro de 180 grados en su vehículo, saca un látigo y de un sólo golpe tumba a 6 hormigas; se da la vuelta y sigue su camino.
Las cosas se están poniendo buenísimas, pensó el tipo. Hasta el apetito se le había quitado.
La persecución continuaba, y todas iban a la máxima velocidad esquivando vasos y platos, de improviso, la solitaria saca del bolsillo una bomba de humo; enciende la mecha y la arroja hacia la pandilla. El humo se expandió rápidamente haciendo que las perseguidoras tuvieran poca visibilidad y dos hormigas más cayeron al suelo. Ahora únicamente quedaban 7.
Varias hormigas le arrojaban navajas tratando de agujerear las llantas. Pero la hormiga era sorprendente y se movía de lado a lado. Colérica, la hormiga jefe, una enorme roja, bien fortachona, saca una cadena larga y le pega un latigazo en el brazo a la solitaria. Ésta perdió el equilibrio y se estrelló contra un grano de arroz; rápidamente la hormiga se levantó y se subió a la moto, pero cuando levantó la mirada estaba rodeada. Las 7 hormigas punk, irritadas, sacaron sus armas; empiezan a acelerar sin avanzar, la otra hace lo mismo. Entonces las punk aceleran a toda velocidad соn las armas al frente, la solitaria saca una cadena y de pronto...
Llega el mesero y limpiando la mesa dice:
¿ Qué le sirvo, señor?
Una pareja de esposos estaba cenando en un restaurante, cuando observaron que entró un amigo de ambos acompañado de una desconocida.
La señora le comentó a su esposo:
- Ese que entró es Juan, pero esa no es su esposa.
- No, es una amante que él tiene - dijo el hombre calmadamente.
La mujer comenzó a criticar la actuación de su amigo, y el esposo la paró en seco diciéndole:
- No te metas en esos asuntos, deja que los otros vivan su vida.
Los esposos siguen cenando, cuando se acerca a ellos una chica guapísima que le dice al marido:
- Oye, me dejaste esperando ayer.
- Sí, se me presentó un problema, pero yo paso por tu casa hoy.
- Okay, nos vemos - dice la chica, retirándose de la mesa ante el asombro de la esposa, quien le preguntó en seguida a su marido:
- Y ésa, ¿quién es?
- Esa es mi amante - le aclaró el hombre.
La mujer se puso como el diablo, y comenzó a decirle improperios al marido, pidiéndole hasta el divorcio.
- No hay problema, yo te doy el divorcio. Pero recuerda que la casa, el auto y el negocio están a mi nombre. También vete olvidando de los viajes a Europa y de las tarjetas de crédito, tus spa, el terapeuta, las compras en N. Y., la casa de playa, tu BMW, el chofer y la pensión de tu mamá.
La mujer se calla, y luego de analizar la situación, le dice al esposo:
- La amante de nosotros es más bonita que la de Juan, ¿no?
Una pareja estaba comiendo en un restaurante, él concentrado en su plato, соn cara de aburrido y ella, mirando al resto de la gente. La señora de repente reconoce una cara conocida en el bar.
Mira, Ernesto, dice la señora, соn lo que el aludido, todavía соn cara de lata, levanta su cabeza, ahí está mi "ex", chupando (bebiendo) como enfermo en el bar. Ha estado bebiendo así por diez años, desde que lo dejé.
No hables leseras, dice el actual marido, volviendo a su comida, si no es para tanto, como para que el pobre todavía siga celebrando.