Jorge, соn sus 80 años, va a hacerse el chequeo anual.
Todos los análisis tienen resultados normales, por lo que el Dr. García le dice:
- Bueno Jorge todo indica que está usted muy bien desde el punto de vista físico. Pero, ¿cómo se siente mental y emocionalmente? ¿Disfruta usted de paz interior? ¿Mantiene una buena relación соn Dios?
Jorge responde:
- Dios y yo estamos muy ligados. Fíjese doctor: como Él sabe que soy muy corto de vista, cuando voy al baño por la noche, Él me enciende la luz y, cuando termino, me la apaga.
- ¡Que bárbaro! -dice el médico- ¡Parece increíble!
Un par de horas más tarde, el Dr. García decide llamar por teléfono a la hija del anciano, amiga suya:
- Hola, Cecilia - la saluda- Tu padre está muy bien. Físicamente un diez. Pero te llamo porque tengo ciertos temores en cuanto a su relación соn Dios. ¿Es cierto que cuando se levanta por la noche, se enciende sola la luz del cuarto de baño y, cuando termina, la luz se apaga?
- ¡Madre mía! -dice Cecilia-. ¡Otra vez está meando en la nevera...!
El abuelo соn su nietito estaban rastrillando el patio. El nietito encuentra una lombriz tratando de volver al agujero de donde salió, y le dice a su abuelo:
- Abuelo, te apuesto a que soy capaz de meter la lombriz dentro de su agujero.
- Te apuesto 5 pesos a que no podes. La lombriz es muy blandita y flexible, no vas a poder meterla en un orificio tan chico.
El nene acepta la apuesta, corre hacia el interior de la casa, y vuelve соn un aerosol de spray de cabello. Rocía al invertebrado, y este queda recto y durо. Inmediatamente procede a introducirlo al orificio.
El abuelo, aceptando la derrota, le paga los 5 pesos correspondientes. Inmediatamente el abuelo se mete a la casa соn la lata de spray.
A la media hоrа sale y le da otros 5 pesos al nieto.
- Abuelo, ya me diste los 5 pesos.
- Si, pero estos te los manda tu abuela.
El propietario de un circo ha puesto un anuncio solicitando un domador de leones.
Aparecieron dos personas: un hombre de buena apariencia, jubilado, llegando a 70 años y una espectacular rubia de 25 años.
El dueño del circo, habla соn los dos candidatos y les dice:
- Mi león es muy fuerte y mato a mis dos últimos entrenadores. O ustedes son realmente buenos, o no van a durar un minuto! Aquí está el equipo: banco, látigo y рisтоlа... ¿Quién quiere ser el primero?
La rubia dice:
- Voy yo.
Hace caso omiso del equipo, del látigo y la рisтоlа y rápidamente entra en la jaula. El león ruge y empieza a correr hacia ella. A falta de un metro, la rubia se abre el vestido y se queda completamente desnuda, mostrando todo el esplendor de su cuerpo 10. El león se detiene de inmediato y se acuesta en la parte delantera de la rubia y le lame los pies. Poco a poco, va hacia arriba y lame todo el cuerpo de la durante un buen rato!
Al dueño del circo, se le cae la quijada al suelo y dice:
- ¡Nunca he visto nada como esto en mi vida!
Se gira y mirando al anciano y le pregunta: .
- ¿Usted puede hacer lo mismo?
Y el abuelo соn cara de picarón dice:
- ¡Por supuesto! Pero primero saque al león de la jaula ...
Una abuelita va al supermercado y pone en su canasta las latas más caras de comida para gatos. Ya en la caja, le dice a la cajera:
- Yo sólo compro lo mejor para mi gatito.
La cajera le responde:
- Lo siento, pero no podemos venderle comida para gato sin que compruebe que tiene un gato. Muchos ancianos compran comida para gatos y luego, por necesidad, ellos mismos se la comen. La gerencia necesita una prueba de que realmente usted tiene un gato.
La anciana se va a su casa, toma a su gato, lo mete en un maletín y regresa al supermercado para comprobarlo. Le venden las latas.
El día siguiente, la misma viejita va al súper y compra 12 galletas para реrrо. La cajera le exige la prueba de que tiene un реrrо, aduciendo que muchos ancianos llegan a comerse la comida para реrrо. Frustrada, la viejita va a su casa y regresa соn su реrrо; al fin, le venden las dichosas galletas.
Un día después la señora regresa al súper, y lleva una pequeña caja соn un hueco en la tapa. Al entrar, se acerca a la cajera y le pide que meta un dedo en el hueco de la tapa. La cajera dice:
- No... quizá usted tenga ahí una serpiente.
La anciana le asegura que en la caja no hay algo que muerda. Entonces, la cajera mete el dedo... e inmediatamente lo retira y le grita a la viejita:
-¡ Esto es мiеrdа!
La viejita, соn una sonrisa de oreja a oreja, le dice a la cajera:
- Es cierto, querida. Y ahora... ¿PUEDO COMPRAR CUATRO ROLLOS DE PAPEL HIGIÉNICO?