Un ciclista entra en una tienda de deportes y pregunta:
-¿ Tienen gorras de ciclista? El dependiente Vicente le saca las más baratas y, después de probárselas todas, el cliente dice:
- No, estas no las quiero. El dependiente le saca otras gorras de mejor calidad. Una vez pasadas todas por su cabeza, el cliente las vuelve a rechazar:
- No me sirven. Vicente, muy enfadado, le presenta la última remesa que le ha llegado:
- Estas son de Italia, y las llevan los mejores ciclistas del mundo.
- No, tampoco me sirven.
- Oiga, ¿de verdad quiere una gorra de ciclista? Porque todas las que le he dado lo son.
- Es que yo quiero una como las de mis compañeros, соn la visera detrás.