En cierta ciudad hay dos familias que quieren casar a las hijas; pero no hay chicos adecuados en el pueblo, así que deciden unirse para buscarlos por los pueblos de los alrededores. Finalmente encuentran dos excelentes partidos, y les invitan a que vayan a conocer el pueblo. Pero resulta que uno de ellos se arrepiente por el camino, y sólo uno de ellos llega al pueblo. Y es una joyita, así que las dos familias lo quieren. Total, que las dos familias empiezan a discutir de quien es el novio, y como la cosa no se aclara, deciden hablar соn el juez más viejo de los alrededores. El juez decide lo siguiente:
Lo que haremos es muy simple, partiremos al chico por la mitad, y le daremos un trozo a cada familia para que no hayan discusiones.
Entonces, la madre de una de las novias dice:
No, por favor, pobre muchacho, como le van a hacer eso.
Pero la segunda madre dice:
¡ Eso, eso, que lo partan, que lo descuarticen!
Entonces, el juez mira a la segunda madre y decide:
El chico se casa соn su hija, ¡Usted es la verdadera suegra!
El dinero no hace la felicidad, la compra hecha.
Una mujer me arrastró a la bebida, y nunca tuve la cortesía de darle las gracias.
La inteligencia me persigue, pero yo soy más rápido.
Huye de las tentaciones, despacio, para que puedan alcanzarte.
La verdad absoluta no existe, y esto es absolutamente cierto.
Hay un mundo mejor, pero es carísimo.
Ningún тоnто se queja de serlo, no les debe ir tan mal.
La mujer que no tiene suerte соn los hombres, no sabe la suerte que tiene.
No hay mujer fea, sólo belleza rara.
La pereza es la madre de todos los vicios, y como madre, hay que respetarla.
En cada madre hay una suegra en potencia.
Lo importante es el dinero, la salud va y viene.
Trabajar nunca mató a nadie, pero, ¿para qué arriesgarse?
No te tomes la vida en serio, al fin y al cabo no saldrás vivo de ella.
Felices los que nada esperan, porque nunca serán defraudados.
El alcohol mata lentamente, no importa, no tengo prisa.
Una familia va conduciendo por la autopista, y los para una pareja de la Guardia Civil.
- Hola, caballero, hace media hоrа que le venimos siguiendo y conduce usted de fábula. La Jefatura de Tráfico le premia соn 300 euros por lo bien que usted conduce. ¿Qué hará соn el dinero?
- Lo primero, sacarme el carnet de conducir. Y la mujer, que va al lado, añade:
- Señor agente, no le haga caso a mi marido, que va borracho. Y la suegra, que va detrás, añade:
- Ya decía yo que соn un coche robado no iríamos muy lejos.