Cierta tarde, un hombre se encontraba gritando a garganta abierta:
Pásele, pásele, usted no puede perder la oportunidad de ver al único hombre que tiene los pies donde debería tener la cabeza. ¡por sólo $50.00 no pierda ésta gran oportunidad, no se quede соn la duda!
La gente se aglomeraba, la curiosidad iba en aumento...
Así es, como usted lo escucha, el único hombre que tiene los pies donde debería tener la cabeza.
La curiosidad mató al gato, la gente empezó a hacer fila, cada uno fue pagando la entrada, y de pronto se vieron todos dentro de una sala a media luz... en el frente se encontraba una gran plancha tapada соn una misteriosa sábana blanca. Se escuchó una música tétrica, se encendieron las luces y apareció, efectivamente una persona que tenía los pies donde debería estar la cabeza:
¡ Era un borrachito acostado соn los pies en una almohada!