Chistes y anécdotas Psicologos
Un tío entra en un bar, pide una cerveza, se la bebe, y cuando acaba se pone a mear en la barra. El camarero, por supuesto, empieza a echarle la bronca, pero el hombre se echa a llorar y le dice:
- Por favor, no me grite, es que no puedo evitarlo, usted no sabe por lo que estoy pasando... me doy asco, esto es odioso, pero es superior a mí, de pequeñito tuve un trauma y ahora no me puedo controlar...
- Bueno, hombre, tranquilícese, mire, tengo un primo que es psicólogo, ¿por qué no va a verle? Esta es su dirección...
Total, que el cliente se larga muy contento y vuelve a aparecer por el bar al cabo de un par de meses.
- Hola, ¿se acuerda de mí?
- Sí, ¡hombre! ¿cómo no? ¿Qué, ya estas curado?
- Sí.
- Pues la casa te invita a una cerveza.
El tío se bebe la cerveza, e inmediatamente después empieza a mear en la barra.
- ¿Pero tío, no decías que mi primo te había curado?
- Sí, ya no me importa lo que los demás piensen de mí.
Dicen que los hombres nunca entienden NADA.
Marido y mujer acuden al psicólogo tras 20 años de matrimonio.
Cuando se les pregunta cual es el problema, la mujer saca una lista larga y detallada de todos los problemas que han tenido durante los 20 años de matrimonio:
- Poca atención, falta de intimidad, vacío, soledad, no sentirse amada, no sentirse deseada, no ser escuchada, no ser comprendida, no ser atendida cuando habla,
La lista es interminable.
Finalmente, el terapeuta se levanta, se acerca a la mujer, le pide que se pare y la abraza y besa apasionadamente mientras que el marido los observa соn una ceja más alta que la otra.
La mujer se queda muda y se sienta en la silla medio aturdida.
El terapeuta se dirige al marido y le dice:
- Esto es lo que su esposa necesita al menos 3 veces por semana. ¿Puede hacerlo?
El marido lo medita un instante y responde:
- Bueno, la puedo traer los lunes y los miércoles, pero los viernes tengo fútbol.
Desde que era pequeño siempre tenía miedo de irme a acostar porque creía que había alguien debajo de mi cama. Cansado de esto, un día fuí a ver a un psiquiatra y le explique:
- Tengo problemas. Cada vez que voy a acostarme creo que hay alguien debajo de mi cama. Tengo miedo. ¿Me estaré volviendo
Loco?
- Déjame eso a mi y en doce meses lo curo.
Ven a verme tres veces a la semana y te curaré todos esos miedos.
-¿ Y cuanto me cobra doctor? pregunté.
- Barato. Ochenta euros la visita, contesto el doctor.
- Bueno, un poco caro pero si me cura, vale la pena.
Seis meses después, me encontré соn el doctor en el cine.
-¡ Ey! Usted dejo de venir a mi consulta después de la tercera vez. ¿Por qué no regreso? me preguntó.
- Bueno, doctor, ochenta euros por consulta tres veces a la semana por doce meses es bastante dinero. Encontré un camarero en el bar que me curo en una sola sesión por diez euros. Estaba tan contento соn el dinero que ahorré, que he comprado un coche nuevo.
- No me diga, dijo el psiquiatra algo molesto. ¿Y se puede saber como un camarero que solo sabe de servir copas, lo curo por diez euros?
-¡ Me dijo que cortara las patas de la cama! Ahora ya no puede haber nadie ahí abajo.
¡ Olvidaros de los psiquiatras... Tomaros un café y hablar соn el camarero!
-¡ Doctor, tengo un grave problema! ¡Mi marido no cumple соn sus obligaciones matrimoniales, y yo no le quiero ser infiel!
- Venga mañana соn él y todo se va a arreglar...
El próximo día...
- Mire, señor, usted tiene que ser más cariñoso соn su esposa...
-¿ Más cariñoso? Si todas las semanas le regalo flores, bombones...
- No, no, no es eso lo que necesita su señora...
- Pero si hace poco le compré un abrigo de pieles, un anillo de brillan...
-¡ No! ¡No se trata de eso! Cómo le puedo explicar... Desnúdese, señora... Ahora acuéstese sobre la camilla... Bien, ahora... Usted preste atención...
Y ahí nomás le hace una demostración práctica.
-¡ Esto es lo que necesita su señora dos veces por semana! ¿Comprende ahora?
-¿ Dos veces por semana? Bueno, hoy es martes...
-¿ Qué le parece si la traigo el viernes?
Carta de auxilio al Psicólogo Solidario
Apreciado Dr. Varón,
Psicólogo y psicoterapeuta
Espero que me ayude.
Salí en mi carro al trabajo, dejando a mi marido en casa viendo televisión, como siempre. Rodé poco menos de 1km, cuando el auto se detuvo; el motor se apagó.
Volví a casa para pedir ayuda a mi marido. Cuando llegué, él estaba en nuestra cama, соn la hija de mi vecina!
Yo tengo 33 años, mi marido 35, y la hija de mi vecina 20. Estamos casados hace 10 años. El me confesó que ellos tenían esta relación desde hacía un año. Yo amo a mi marido, y estoy desesperada. ¿Ud. me puede ayudar?
Anticipadamente gracias.
María Ingenua.
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Respuesta del doctor varón
Estimada María Ingenua:
Cuando un carro se detiene después de haber recorrido una pequeña distancia, esto puede ocurrir debido a una serie de factores. Verifique si tiene gasolina. Vea si el filtro de gasolina está tapado. Compruebe también si tiene algún problema соn la inyección electrónica.
Si nada de esto resuelve el problema, puede ser que la propia bomba de gasolina no esté dando la suficiente presión a los inyectores. En este caso, la persona ideal para ayudarla sería un mecánico.
Jamás vuelva a casa para que le ayude su marido. ¡El no es mecánico! ¡Usted está equivocada! ¡Jamás vuelva a cometer semejante imprudencia!!!
Espero haberle ayudado.
Atentamente,
Dr. Carlos Varón
Los psicólogos...
Los psicólogos no enferman, somatizan.
Los psicólogos no estudian, subliman.
Los psicólogos no tienen ocurrencias, tienen insight.
Los psicólogos no se equivocan, tienen actos fallidos.
Los psicólogos no cambian de idea, resignifican.
Los psicólogos no hacen disparates, despliegan su creatividad.
Los psicólogos no hablan, verbalizan.
Los psicólogos no conversan, puntúan.
Los psicólogos no responden, interpretan.
Los psicólogos no dicen estupideces, asocian libremente.
Los psicólogos no se desahogan, hacen catarsis.
Los psicólogos no te bancan, te contienen.
Los psicólogos no hablan por teléfono, se comunican de inconsciente a inconsciente.
Los psicólogos no son pesados, tienen una ligera compulsión a la repetición.
Los psicólogos no resuelven sus problemas, elaboran sus conflictos.
Los psicólogos no se enamoran, hacen transferencia.
Gracias por llamar al Instituto...
* ... Si usted es obsesivo-compulsivo, presione repetidamente el número 1.
* ... Si usted es co-dependiente, pídale a alguien que presione el número 2 por usted.
* ... Si usted tiene múltiples personalidades, presione 3, 4, 5 y 6.
* ... Si usted es paranoico, nosotros ya sabemos quién es usted, sabemos lo que hace y sabemos lo que quiere, espere en línea mientras rastreamos su llamada.
* ... Si usted sufre de alucinaciones, presione el 7 en ese teléfono que Ud. (y sólo Ud.) ve al final del cable del tubo.
* ... Si usted es esquizofrénico, escuche cuidadosamente y una pequeña voz interior le indicará que número presionar.
* ... Si usted es depresivo, no importa que número marque. Nada conseguirá sacarle de su lamentable situación.
* ... Si usted sufre de amnesia, presione 8 y diga en voz alta su nombre, dirección, teléfono, número de cédula, y el apellido de soltera de su abuela materna.
* ... Si usted sufre de indecisión, deje su mensaje después de escuchar el tono... o antes del tono.... o después del tono.... O durante el tono. En todo caso, espere el tono.
* ... Si tiene la autoestima baja, por favor cuelgue. Todos nuestros operadores están atendiendo a personas más importantes que usted.
Marido y mujer acuden al psicólogo tras 20 años de matrimonio. Cuando les preguntan cuál es el problema, la mujer saca una lista larga y detallada de todo lo que ha tenido que soportar durante esos 20:
- Poca atención.
- Falta de intimidad.
- Falta de comunicación.
- Vacío.
- Soledad.
- No sentirse valorada.
- No sentirse amada.
- No sentirse deseada, etc., etc., etc.
Finalmente, el terapeuta se levanta, se acerca a la mujer, le pide que se levante y la abraza y la besa apasionadamente, la recuesta en el diván, le quita la ropa y, ¡pim, pam, pum! ¡La deja como un trapo!
Mientras, el marido observa estupefacto, соn una ceja más alta que la otra.
La mujer se queda muda... Cuando el doctor termina, ella se acomoda la ropa, se arregla el cabello y se sienta en la silla medio aturdida.
El terapeuta se dirige al marido y le dice:
- Esto es lo que su esposa necesita, al menos 3 veces por semana. ¿Cree que puede?
El marido lo medita un instante y responde:
- Yo la puedo traer los lunes, pero los miércoles y viernes... ¡tengo fútbol!