Chistes de coches, Chistes de Autos, Chistes y anécdotas Autos
Una mujer y un hombre chocan en sus autos de frente. Los autos quedaron muy seriamente dañados, casi destrozados, pero ninguno de los dos quedó herido.
Después de salir de los autos la mujer dice:
- Dios mío; mire como quedaron los autos, no quedó nada de ellos y por milagro; no tenemos ni un rasguño.
- Esto debe ser un milagro, responde el hombre.
La mujer dice:
- Esta es una señal inequívoca de Dios, de que nosotros deberíamos conocernos, ser amigos, convivir, hacernos el amor por el resto de nuestros días... ¿qué opinas?
El hombre contesta соn una sonrisa de oreja a oreja:
- Si!, estoy completamente de acuerdo.
La mujer continúa:
- Y mira, este es otro milagro, mi auto está
Destruido, pero esta botella de vino; no se rompió... está intacta!
Seguro que esta es otra obra de Dios, quiere que festejemos tomándonos esta botella de vino y celebremos nuestro encuentro en la vida ¿que decís?
Le pasa la botella al hombre, el hombre sonríe feliz, la abre sin demora y se toma de un solo trago la mitad y se la pasa a ella. Ella toma la botella e inmediatamente le pone el corcho y se la guarda fuertemente entre sus brazos.
Entonces el hombre le pregunta:
- Pero vos ¿no vas a tomar?
- No, yo creo que voy a esperar a que llegue la policía y nos hagan la prueba de alcoholemia.
MORALEJA: Los hombres son y serán más calentones que inteligentes.
Las mujeres son y serán más brujas y astutas...
Un chico de quince años llegó a su casa соn un Porsche y sus padres empezaron a gritar exasperados:
-¿ De dónde sacaste ese auto?
El chico tranquilamente les dijo:
- Lo compré hoy.
-¿ Соn qué dinero?, exigieron saber sus padres. ¡Nosotros sabemos lo que cuesta un Porsche!
- Bueno, dijo el chico, éste en particular me costó 15 dólares.
Entonces los padres empezaron a gritar aún más fuerte.
-¿ Quién vendería un auto como ese por quince dólares?
- Fue la señora que vive subiendo la calle, dijo el muchacho. Yo no sé su nombre, se acaban de mudar. Ella me vió pasar en mi bicicleta y me preguntó si quería comprar un Porshe por quince dólares.
-¡ Oh Dios mío!, exclamó la mujer, ella tiene que ser una abusadora de menores. ¿Quién sabe que hará después? Juan, ve enseguida para allá y mira qué es lo que está pasando.
Así que el padre del chico subió la calle hasta la casa donde la señora vivía y la encontró afuera en el patio tranquila plantando petunias. Él se presentó a sí mismo como el padre del chico, a quien ella había vendido el Porsche, y le exigió saber por qué lo habia hecho.
- Bueno, le dijo ella, esta mañana recibí una llamada de mi esposo. Yo pensé que estaba en un viaje de negocios, pero supe por un amigo que él había huído hacia Hawaii соn su secretaria y que realmente no piensa regresar...
Me dijo que estaba desesperado y me pidió que vendiera su Porsche nuevo y le enviara la mitad del dinero. Así lo hice.
Un hombre entra a su restaurante favorito, y se sienta en la mesa de siempre.
Da una mirada a su alrededor y descubre a una hermosa mujer en una mesa cercana. Esta completamente sola.
El tipo llama al camarero y le pide enviar a la mujer la botella del Merlot más caro que haya en el restaurante, pensando que si la mujer aceptaba la botella se rendiría a sus pies.
El camarero lleva la botella a la mesa de la mujer y le dice, señalando al hombre:
- Esto es de parte del caballero de aquella mesa.
La mujer mira la botella соn frialdad durante un segundo, y decide enviarle una nota al hombre. Se la da al camarero, y este la entrega al destinatario.
La nota decía:
"Para que yo acepte esta botella, Usted debería tener un Mercedes en su garaje, un millón de dólares en el Banco y 20 cm. en sus pantalones.
Después de leer la nota, el hombre, piensa un segundo y decide contestar.
Le da la nueva nota al camarero y le pide que la entregue a la mujer.
La nota decía:
"Para acceder a sus deseos, podría vender mi Ferrari Modena 360 y también mi BMW 850 SL , para quedarme sólo соn el Mercedes 600 SEL en mi garaje.
Podría también donar doce de los trece millones de dólares que tengo en mi cuenta.
Pero ... ni por una mujer tan bella como usted me cortaría cinco centímetros"
P. D: Devuélvame la botella.