Método para contratar personal
Ponga unos cien ladrillos sin ningún orden particular en un cuarto que además de la puerta sólo tenga una ventana.
Luego meta 2 ó 3 candidatos en el cuarto y cierre la puerta. Déjelos solos y regrese 6 horas después y proceda a analizar la situación.
Si están contando los ladrillos, póngalos en el departamento de contabilidad.
Si los están recontando, póngalos en auditoria.
Si han vuelto un lío el lugar соn los ladrillos, póngalos en ingeniería.
Si están acomodando los ladrillos de un modo raro, póngalos en planificación
Si se están tirando los ladrillos, póngalos en operaciones.
Si están durmiendo, póngalos en seguridad.
Si rompieron los ladrillos en pedacitos, póngalos en tecnología de información
Si están sentados sin hacer nada, póngalos en recursos humanos
Si dicen que han probado varias combinaciones, aunque no han movido un solo ladrillo, póngalos en ventas.
Si se han ausentado por el resto del día, póngalos en mercadeo.
Si están mirando por la ventana, póngalos en planificación estratégica.
Y, por último -aunque no menos importante- si están conversando y no han movido un solo ladrillo, felicítelos y póngalos en la alta gerencia.
Estaban un ingeniero, un contador, un químico, un informático y un político alardeando sobre la inteligencia de sus perros...
El ingeniero ordenó a su реrrо: ?¡Escalímetro, muestra tus habilidades!
El реrrо agarró unos ladrillos, unas tablas y se armó el solo una casucha. Todos admitieron que era increíble.
El contador dijo que su реrrо podía hacer algo mejor. "¡Formulario,
Muestra tus habilidades!
El реrrо fue a la cocina, volvió соn 12 galletas y las dividió en 4 pilas de 3 galletitas cada una. Todos dimitieron que era genial.
El químico dijo que su реrrо podía hacer algo aún mejor."¡Cuántico, muestra tus habilidades!
Cuántico caminó hasta la heladera, tomó un litro de leche, agarró un vaso mediano y lo llenó sin volcar ni una gota. Todos aceptaron que era impresionante.
El informático sabía que podía ganarles a todos:
"¡Megabyte, hazlo!
Megabyte atravesó el cuarto, encendió la computadora, controló si tenía virus, mejoró el sistema operativo, mandó un e-mail e instaló un juego excelente. Todos sabían que esto era muy difícil de superar. Miraron al político y le dijeron:
- Y su реrrо, ¿qué puede hacer?
El político llamó a su реrrо y dijo:
"¡Elecciones, muestra tus habilidades!
Elecciones se paró de un salto, se comió las galletas, se tomó la leche, borró todos los archivos de la computadora, abusó de los otros cuatro perros, después alegó que como los otros habían hecho fraude se retiraba, pidió su jubilación por anticipado y más encimas se robó la casucha y la vendió dos veces...
Burocracia.
Estaba un contador, un arquitecto, un químico y un burócrata discutiendo sobre, cuál de sus perros era el más listo. Entonces, se les ocurrió ponerles a prueba, el arquitecto llama a su реrrо de nombre compás y le dice:
Has lo que sabes, y el реrrо tomó un pliego de papel milimétrico, un lápiz, y una regla y dibujó un cuadrado perfecto.
Después el contador llamó a su mascota de nombre inventario:
Muéstrales, le dijo, el реrrо fue por un paquete de galletas y las dividió y acomodó en tres pilas соn el mismo número de piezas. A este, le siguió el químico que llamó a su реrrо de nombre matraz y le dijo:
Has lo tuyo.
Y el реrrо tomó un recipiente соn leche y una taza graduada y midió exactamente 1/2 litro. Cuando tocó el turno al burócrata todos estaban atentos a ver que hacía su реrrо, entonces lo llamó:
¡ Senador!
Y el реrrо sin más fue y se echó sobre el pliego de papel, bebió la leche de un sólo trago y se zampó todas las galletas.
Esta era una chica, que estaba indecisa, porque no sabía соn cuál de los dos pretendientes casarse. Uno es un contador, y el otro es un militar. Al verse соn la duda, le pregunta a su madre:
- ¿Соn cuál de los dos me caso, mamá?
- No lo pienses dos veces hija. Cásate соn el militar, que es el que te conviene.
- ¿Por qué dices eso, mamá?
- Mira, ellos, se levantan temprano, arreglan la cama, hacen su desayuno, y además reciben órdenes.
Un contador público, cansado de la vida de la ciudad, se muda al campo y decide dedicarse a criar pollos. Se dirige a la tienda del pueblo rural cerca de donde ahora vive.
- Me da una orden de 100 pollitos, el dice al comerciante.
Este le despacha la orden.
Una semana después, el contador regresa.
- Me da otra orden de 200 pollitos.
El comerciante le vuelve a despachar la orden, pero a la semana siguiente regresa.
- Hoy quiero una orden de 500 pollitos.
- ¡Guau!, dice el dueño de la tienda, a usted le tiene que estar yendo muy bien.
- No, suspira el contador, no se me dan, o los estoy sembrando muy profundo o muy separados.
Cuando Juan recibió su sueldo, en dinero efectivo, como siempre lo hacía el primer día de cada mes, contó cuidadosamente los billetes, uno a uno, agudizando sus ojos y untando el dedo соn saliva para despegar соn fuerza los billetes.
Se sorprendió al percatarse que le habían dado 100 dólares más de lo que correspondía. Miró al contador de reojo para asegurarse que no lo había notado, rápidamente firmó el recibo, se guardó el dinero dentro del bolsillo y salió del sitio соn la mayor rapidez y discreción posibles, aguantándose, соn esfuerzo, las ganas de saltar de la dicha.
Todo quedó así.
El primer día del mes siguiente hizo la fila y extendió la mano para recibir el pago.
La rutina se repitió y al contar los billetes, notó que faltaban 100 dólares.
Alzó la cabeza y clavó su mirada y muy serio le dijo al cajero:
- Señor, disculpe, faltan 100 dólares.
El cajero respondió:
- ¿Recuerda que el mes pasado le dimos 100 dólares más y usted no dijo nada?
- Sí, claro -contestó Juan соn seguridad-, es que uno perdona un error, pero dos ya son demasiados.