Chistes de telefonos, Chistes cortos de Teléfonos
Hace mucho tiempo vivió un hombre de mar, el Capitán Bravo. Era muy valiente y jamás mostró temor ante un enemigo.
Una vez, navegando los siete mares, el vigía vio que se acercaba un barco pirata, y la tripulación del barco se volvió loca de terror. El capitán Bravo gritó.
- Traigan mi camisa roja!!
Y llevándola puesta instigó a sus hombres al ataque, y vencieron a los piratas. Unos días más tarde, el vigía vio dos barcos piratas. El capitán pidió nuevamente por su camisa roja, y la victoria volvió a ser suya.
Esa noche, sus hombres le preguntaron por qué pedia la camisa roja antes de entrar en batalla, y el capitán contestó:
- Si soy herido en combate, la camisa roja no deja ver mi sangre, y mis soldados continúan peleando sin miedo.
Todos los hombres quedaron en silencio, maravillados por el coraje de su capitán.
Al amanecer del día siguiente, el vigía vio no uno, no dos sino DIEZ barcos piratas que se acercaban. Toda la tripulación dirigió en silencio sus ojos al capitán, que соn voz potente, sin demostrar miedo, gritó:
- Tráingame mis pantalones marrones!
Dos abuelitos van al médico. Le dice el abuelo al doctor:
- Mire, venimos porque tenemos un problema de memoria, cada año que pasa nos volvemos más olvidadizos.
El doctor responde:
- Bueno, a su edad eso es normal. El mejor remedio para eso es acostumbrarse a apuntarlo todo. Deben tener siempre una libreta a mano para anotar cualquier cosa que no quieran olvidar.
Esa noche, en casa, están viendo la TV y el abuelo se levanta.
- ¿Adónde vas? –dice ella.
- Voy a la cocina.
- Pues ya que vas, ¿me traes una bola de helado? ¡Pero apúntalo, que no se te olvide!
- Mujer, no digas tonterías, para eso no hace falta apuntar nada…
- ¡El médico dijo que había que apuntarlo todo…!
- ¡Tonterías, te digo que no voy a apuntar esa chuminada!
- Bueno… por cierto, a la bola de helado échale unas cuantas fresas por encima… ¡Y apúntalo, viejo, apúntalo!
- ¡Que no lo apunto, mujer, si voy a estar aquí en un momento!
- ¡…Y nueces! Échale nueces por encima también… ¡Pero haz el favor de apuntarlo, que te conozco!!
- ¡Qué pesada, déjame ya en paz соn lo de apuntarlo!
El viejo se va a la cocina refunfuñando, y vuelve al rato соn dos huеvоs fritos en un plato:
- ¡Ahí tienes!
La abuela se queda mirando el plato, y grita:
- ¿Ves, viejo? ¡Se te han olvidado las tostadas!!!