Le dice la recién casada al esposo:
Mi amor, ya estamos casados, y tú sabes que a mí me gusta manejar todo соn reglas, y para hacer el amor tienes que considerar lo siguiente:
1. Si cuando llegues estoy bien linda y muy bien peinada, no quiero que ni te acerques a saludarme.
2. Si estoy más o menos peinada, a lo mejor, si le mueves un poco y si.
3. Si estoy toda despeinada y fodonga, quiero todo contigo.
Así que ya sabes, ¿estamos de acuerdo?
Y su esposo le contesta:
Totalmente de acuerdo, y como tú tienes reglas ahora van las mías.
1. Si llego a casa y me tomo una cerveza, no quiero nada contigo, si puedes dormir en la pieza de junto, mejor.
2. Si me tomo dos cervezas, tal vez y me den ganas.
3. Pero si llego y me tomo tres cervezas, a mi no me va a importar ni tu estado de ánimo, ni tu peinado.
Se va al infierno; un mujeriego, un borracho y un fumador. Al llegar fueron recibidos por el diablo. Entonces el diablo les dice:
- No se preocupen muchachos, aquí en el infierno todo es felicidad, vida y miren para que vean que aquí todo es felicidad. A ti mujeriego te voy a dar un dormitorio lleno de hermosas mujeres; a ti borracho te doy un dormitorio lleno de cajas de cerveza, y a ti fumador te doy una tonelada de cajetillas de cigarrillos y yo regreso dentro de 10 años a ver como se encuentran.
Se cumplieron los 10 años y el diablo regresa como había prometido, entonces abre la puerta del dormitorio del mujeriego y lo encuentra feliz y el mujeriego le dice diablo:
- Dame más mujeres que estas ya me han aburrido.
Y le da más mujeres, luego va a ver al borracho y lo encuentra соn las 2000 cajas de cervezas vacías соn una botella en mano, entonces el borracho le dice:
- Diablo mándame más cervezas que me han quedado cortas.
Y el diablo le da más cerveza, luego va a ver al fumador y lo encuentra muy molesto y el diablo le pregunta:
- ¿Qué pasa, te veo molesto? ¿Por qué si te he dado una tonelada de cigarrillos?
Entonces, responde el fumador:
- Sí, pero te olvidaste de darme los fósforos.
Un hombre entra en un bar y dice:
Hola, ¿me pone una cerveza, por favor?
Y el camarero le dice:
Oiga, pero, ¿no ve la gente que hay? ¿puede esperarse un momento?
El hombre, muy extrañado al ver que el bar estaba vacío se sienta en una silla pensativo, y decide esperar. Al cabo de 10 minutos se levanta y dice:
Perdone, ¿podría ponerme ya la cerveza?, por favor...
¡ Pero hombre! ¿no puede ser amable y esperarse?, tengo mucha faena, ¿no lo ve? ¡No puedo hacer todo al mismo tiempo!
El hombre cansado de la historia coge un cenicero y lo lanza contra el camarero, que pega un grito de dolor, se gira y le dice:
Pero, ¿estás lосо? ¿qué haces, tío?
Y el hombre le dice:
¡ Sí hombre!, соn la de gente que somos y he tenido que ser yo, ¿no?