Una señora muy adinerada tenía un gallinero, y junto a las gallinas, un lorito. Un buen día, esta señora que tenía un hermoso collar de perlas cultivadas, va darle de comer a las gallinas, y ya dentro del gallinero, su collar se corta y sus perlas al suelo. Estas no duraron ni un minuto, ya que las gallinas, al confundirlas соn granos de maíz, se las tragaron todas.
La señora llama al mayordomo y le dice:
Heriberto, mata todas las gallinas, y a ese loro, quiero recuperar mis perlas.
A lo que el loro asustado replica:
¡ Un momento señora, a mí me sacan radiografía!
Un veterinario es llamado para revisar un caballo, llega a la cuadra y le pregunta a Catarino:
¿ Cuál es el caballo enfermo?
Catarino le dice:
Venga, lo llevo.
Al llegar al caballo, el médico pregunta:
Oye Catarino, ¿ya orinó el caballo?
Éste responde:
Sí, ya orinó.
¿ Ya defecó?
Eh, ah, este, no, no ha defecado.
El veterinario, sigue preguntando:
¿ Comió en la mañana?
Sí, ya comió y bebió agua.
Al caminar unos metros el médico se embarra de estiercol del caballo y le dice a Catarino:
Oye, me dijiste que el caballo no había cagado.
Y Catarino responde:
Ah, cagado desde hace rato, pero no ha defecado como usted dice.