Esto son tres pastores que están discutiendo sobre cuál de sus perros es el más inteligente. El primero dice:
- Mi реrrо es un genio. Al terminar la jornada, él solo encierra a las ovejas y les da de comer. Y además, me vigila la cosa toda la noche. El segundo responde:
- Pues eso no es nada: el mío también encierra a las ovejas y les da de comer, y no solo me vigila la casa sino que, además, me lava la ropa y me pinta la casa una vez al año. El tercero, al escuchar a sus compañeros, rompe a llorar, y empieza a decir:
- Pues el реrrо que yo tenía...
-¿ Cómo que tenías? ¿Es que ya no lo tienes?
- No, murió electrocutado...
-¿ Le cayó un rayo?
- No, fue mientras me arreglaba el televisor...
Los animales de la selva están aburridos porque allí nunca sucede nada. De modo que deciden organizar un concurso de chiste para pasar el rato. Solo hay un único juez, la tortuga: si la tortuga se ríe, el concursante pasará a la final. Si no, será expulsado para siempre de la selva. El primer concursante, un mono, explica un chiste sobre unas ratas bobas que arranca las carcajadas de todos los presentes... salvo de la tortuga. Y por tanto es expulsado. Después le toca al león, que explica un chiste de Jaimito. De nuevo todos se tronchan de risa salvo la tortuga, y el león es condenado al exilio. A continuación es el turno del elefante. Pero cuando está en mitad de su chiste, la tortuga empieza a desternillarse de risa, y al final exclama:
-¡ Ja, ja, ja, aquel de las ratas bobas era buenísimo!
Una tortuguita está trepando a un árbol соn gran esfuerzo. Tras varias horas de extenuante ascensión, cuando llega a la copa, se lanza al vacío y se da un tremendo golpe contra el suelo. Al rato, la tortuguita vuelve a escalar el árbol lentamente. Trepando como puede, llega de nuevo casi a la рunта de una rama, se lanza y se vuelve a dar otro costalazo. Nuevamente, testaruda, hace otro tremendo esfuerzo y al cabo de un buen rato y a muchos jadeos, llega a otro extermo del árbol, se arroja de nuevo al vacío agitando las patitas y vuelve a darse un terrible batacazo. En el mismo árbol, en el extremo de otra rama, una paloma le comenta соn tristeza a su esposo:
- Querido, ¿no crees que ya va siendo ora de que le digamos a la tortuguita que es adoptada?