Esto era un tipo ingenioso que se fue a cortar el pelo, y el peluquero resultó ser un charlatán de cuidado. Así hablando el tipo le contó:
- Estoy pensando en ir de viaje a Roma.
-¿ A Roma? Allí apestan los spaguetti, anda que no hay sitios donde ir. ¿Соn qué compañía?
- AirItalia -Esa es malísima, mal servicio. ¿Qué hotel?
- Se llama Hotel Internacional Marriot -Menudos timadores, vaya ojo. ¿Y a qué vas?
- Si hay suerte a ver si podemos ver al Papa.
- Jaja, pero eso es imposible. En cualquier caso, suerte. Al mes siguiente volvió el tipo cortar el pelo y le contó:
- Pues mira, el viaje bien, la compañía se equivocó y nos puso en primera clase, el hotel quedó divino tras las recientes reformas y no te lo pierdas, por puro azar pudimos ver al papa e incluso nos habló. El peluquero todo impresionado preguntó:
-¿ Y qué te dijo?
- El Papa me susurró al oído: ¿dónde мiеrdа de cortaste el pelo?
Dos sacerdotes, que estaban de vacaciones en Hawai, deciden vestirse de turistas para pasar inadvertidos. Compran camisas floreadas y sandalias y se van a tomar el sol a la playa; en eso, una rubia despampanante en bikini, pasa junto a ellos y los saluda:
"Buenas tardes, padres".
Los curas se quedan atónitos y, antes de volver al hotel, deciden comprarse un atuendo más atrevido: Pantaloncillos de surfista, playera соn estampado batik y gafas obscuras.
Al día siguiente, vuelven a la playa y ven a la misma rubia, que en esta ocasión lleva un bikini más breve:
"Buenos días, padres", los saluda.
Al pasar junto a ellos, la detienen: ¡Un momento señorita!
¿ Cómo sabe que somos sacerdotes?"
¿ Qué no se acuerdan de mí? soy la hermana Catalina, la del convento.