Hugo Chávez fue a visitar una clase de 4to. Grado de una escuela primaria. Su llegada se produjo durante una discusión acerca de las palabras y sus significados. La maestra preguntó al Presidente si le gustaría participar en la discusión sobre el significado de la palabra "tragedia". Entonces, el ilustrado líder pidió a la clase un ejemplo de "tragedia".
Un pequeño niño se paró y dijo:
- Si un amigo mío esta jugando en la calle y lo atropella un auto, eso es una tragedia.
- No. Eso sería un accidente.
Una pequeña levanto su mano y dijo:
- Si un bus de transporte escolar se desbarranca en un precipicio, muriendo todos sus ocupantes, eso sería una tragedia.
- Me temo que no. A eso podríamos llamarlo una gran perdida.
El silencio creció en el aula. Ningún otro alumno se animó a dar una respuesta. Chávez los instó a continuar, diciendo:
- ¿Es que no hay nadie que pueda darme un ejemplo de lo que es una tragedia?
Finalmente, en el fondo de la clase, un pequeño muchacho levanto su mano y соn voz muy tenue, se animó a decir:
- Si el avión presidencial está transportando al Sr. Presidente y a todo el Gabinete y un misil lo destruye, haciéndolo añicos, eso sería una tragedia.
- ¡Fantástico! - dijo Chávez - Eso está muy bien. ¿Y podrías decirme por qué eso sería una tragedia?
- Si - dijo el chico - Porque, en primer lugar, no sería un accidente y en segundo lugar, tampoco sería una gran pérdida.
"Querida esposa:
Comprenderás que ahora que tienes 54 años, yo tengo ciertas necesidades que tú ya no puedes satisfacer. Soy feliz contigo como mi esposa y sinceramente espero que no te sientas herida u ofendida al saber que para cuando recibas este fax, voy a estar en el Big Diск Hotel соn mi secretaria, que tiene 18 años. Llegaré a casa antes de la medianoche".
Cuando el tipo vuelve a su casa, había una nota esperándolo:
"Querido esposo:
Gracias por el aviso. Aprovecho la oportunidad para recordarte que tu también tienes 54 años. Al mismo tiempo, te comunico que para cuando leas este mensaje, estaré hospedada en el Hotel Happy Dust соn mi profesor de tenis, que también tiene 18 años. Como eres un matemático, podrás comprender fácilmente que estamos en las mismas circunstancias, pero соn una pequeña diferencia: ¡18 entra más veces en 54, que 54 en 18!
No me esperes, llego mañana. Un beso de tu esposa que verdaderamente te comprende".
Había una vez un señor que se fue a aprender karate al Japón, y llevaba como 5 años estudiando, pero nada que aprendía no podía dar ni una patada, y ya cansado y aburrido se decidió a hablar соn su maestro que era uno de esos viejitos como de 100 años que enseñan artes marciales.
Llegó el día que iba a hablar соn su maestro y le dijo:
- No, maestro, estoy cansado de esto, llevo como 5 años de mi vida aquí desperdiciados y no se ni dar ni una patada, ya no puedo más, me voy...
El maestro se queda mirándolo seriamente a los ojos y соn voz misteriosa le dice:
- ¿Has visto al atardecer cuando las gaviotas vuelan flamantes por la llanura?
Y el joven responde:
- Sí, maestro.
- ¿Has visto cuando los hipopótamos se revuelcan en el fango?
- Sí, maestro.
- Has visto cuando los leopardos se aparean en el ocaso.
- Sí, maestro.
- ¡Ves, por estar viendo tonterías es que no aprendes un nada!
Un buen amigo, hombre más bien de letras, me envió contento la explicación del teorema de Pitágoras. Reconozco que Pitágoras siempre me ha caido bien, sobre todo desde que leí unafrase suya, que 2.500 años después sigue totalmente vigente, y que dice: Más le vale a un hombre tener la boca cerrada, y que los demás le crean тоnто, que abrirla y que los demás se convenzan de que lo es.
Pero volvamos a lo de mi amigo.
Parece que Pitágoras no paraba mucho en su casa, y Enusa, su esposa, aprovechaba tal situación para copular соn 4 campesinos analfabetos y bastante catetos que cuidaban sus tierras.
Un día que Pitágoras volvió temprano a casa (nunca hay que volver antes de lo habitual a casa sin avisar), los sorprendió, y muy enfadado mató a los cinco. Luego decidió enterrarlos en el jardín, un precioso terreno de forma rectangular, el doble de largo que de ancho.
En consideración a su esposa dividió el terreno por la mitad, quedando dos cuadrados iguales y en uno de ellos enterró a Enusa.
El otro cuadrado lo dividió en cuatro partes iguales y enterró en ellos a cada uno de los campesinos; de esa forma entre los cuatro ocuparon un espacio idéntico al que ocupaba la esposa.
Luego, ya más calmado, subió a la montaña para meditar y mirando desde la cima hacia su jardin pensó:
"El cuadrado de la рuта Enusa, es igual a la suma de los cuadrados de los catetos".
¡ Si así me lo hubieran explicado en el cole, nunca lo hubiera olvidado!