En una bodega llega un niño y le pregunta al bodeguero:
- Señor, ¿Tiene café?
El señor le responde que sí.
El niño responde:
- Entonces, deme un kilo de espaguetis.
Al otro día regresa el niño y pregunta:
- ¿Tiene azúcar?
El señor responde que sí.
- Entonces, deme una lata de atún.
Y todos los días era el mismo cuento, venía el chico, preguntaba por una cosa y llevaba otra.
Hasta que un día el bodeguero se enojó y le dijo:
- No le pienso vender más a usted ni a su familia.
El niño va a su casa y le cuenta a su papá lo que el señor le dijo, y el papá todo preocupado se dirige a la bodega.
- Señor, ¿Qué es lo que pasa?
Y el bodeguero le contó el caso, el papá dice:
- Tiene usted toda la razón, ese hijo mío que no se compone, pero no se preocupe ahora mismo voy a la casa me quito el zapato y le doy соn la correa.
Pablito asistía a clases a una escuela en un pueblito de campo. Todas las mañanas la profesora le preguntaba a sus alumnos:
- ¿A ver Pepito, en qué te viniste tú, hoy?
- Mi papá me vino a dejar en su tractor, señorita.
- ¿Y tú Juanito?
- Mi papi me vino a dejar en su camioneta.
Y así le pregunta a varios estudiantes, hasta que le pregunta a Pablito, el que соn voz tímida responde:
- Me vine en mi mulita.
Entonces, el curso se lanza a reír a carcajadas.
Al siguiente día pasa lo mismo, y Pablito se siente muy avergonzado.
Entonces, ese día cuando llega a su casa le pregunta a su mamá qué debía hacer, y la mamá lo aconseja.
Llega Pablito al otro día a la escuela y cuando le preguntan a él, responde соn su inocente voz:
- En helicóptero.
Y la profesora le pregunta:
- ¿Y dónde lo dejaste?
A lo que responde:
- Está allá atrás comiendo pastito.