Chistes sobre bancos y banqueros
¿ Hasta dónde se lavan la cara los pelados?
¿ Cuándo los bebés dejan de ser bebés?
Si estas en un callejón sin salida, ¿por qué no salir por la entrada?
Si los perros son los mejores amigos del hombre, ¿por qué no vamos al cine соn ellos?
¿ Por qué hay día del padre, día de la madre, pero no hay da del hijo?
¿ Por qué 'separado' se escribe todo junto y 'todo junto' se escribe separado?
¿ Por qué en 'el día del trabajo' nadie trabaja?
Si cuando uno hace algo mucho tiempo lo hace cada vez mejor; ¿por qué los taxistas manejan tan mal?
Si los banqueros pueden contar, ¿por qué en los bancos hay ocho ventanillas y sólo cuatro cajeros?
Si la lana se encoge al mojarse... ¿por qué las ovejas no encogen cuando llueve?
¿ Por qué será que si uno habla соn Dios, la gente piensa que eres espiritual, pero si Dios habla соn uno, la gente piensa que estás lосо?
¿ Por qué las bailarinas andan siempre en puntas de pie?; ¿no sería más fácil contratar bailarinas más altas?
Cuándo te sacas una foto al lado de Mickey Mouse, el hombre que está dentro del disfraz, ¿estará sonriendo?
Cuándo a uno lo sacan de sus casillas, ¿adónde va?
Un cirujano muy conocido, cobra mucho sus visitas, sobre todo a las personas acomodadas. Cierto día pidió 40.000 euros a un acaudalado banquero por una delicada operación que tenía que efectuarle. El paciente encontró el precio exagerado.
Eso tiene fácil arreglo, replicó el cirujano, puede usted ir a uno de mis colegas, el doctor Pérez, por ejemplo, a éste sólo tendrá que pagarle la mitad, o quizás menos de la mitad, es decir, usted o sus herederos.
Una viejita fue un día al Banco llevando un bolso lleno de dinero. Insistía en que quería hablar соn el presidente del Banco para abrir una cuenta de ahorros porque "es mucho dinero".
Después de mucho discutir la llevaron ante el presidente del Banco. Este le pregunta cuánto quería ingresar. Ella dijo que dos millones de euros y vacía su bolso encima de la mesa.
El presidente naturalmente sentía curiosidad por saber de dónde había sacado tanto dinero y le pregunta:
- Señora, me sorprende que lleve tanto dinero encima, ¿de dónde lo ha sacado?.
La viejita contesta:
- Hago apuestas.
- ¿Apuestas?, - pregunta el presidente -. ¿Qué tipo de apuestas?.
La viejecita contesta: bueno, por ejemplo, ¡le apuesto a usted un millón a que sus реlотаs son cuadradas!.
El presidente soltó una carcajada y dijo:
- Esa es una apuesta estúpida. Usted nunca puede ganar una apuesta de este tipo.
La viejecita lo desafía:
Bueno, ¿estará usted dispuesto a aceptar mi apuesta?.
- Por supuesto, respondió el presidente.
- Apuesto un millón de euros a que mis реlотаs no son cuadradas.
La viejita dijo:
- De acuerdo, pero como hay mucho dinero en juego, ¿puedo venir mañana a las 10h соn mi abogado para que haga de testigo?.
- Por supuesto, - respondió el confiado presidente -.
Aquella noche el presidente estaba muy nervioso por la apuesta y pasó largo tiempo mirándose sus реlотаs en el espejo, volviéndose de un lado a otro una y otra vez. Se hizo un riguroso examen y quedó absolutamente convencido de que sus реlотаs no eran cuadradas y de que ganaría la apuesta.
A la mañana siguiente a las 10h en punto la viejita apareció соn su abogado en la oficina del presidente. Hizo las oportunas presentaciones y repitió la apuesta de un millón de euros a que las реlотаs del presidente son cuadradas.
El presidente aceptó de nuevo la apuesta y la viejita le pidió que se bajara los pantalones para que todos las pudieran ver. El presidente se los bajó. La viejecita se acercó y miró sus реlотаs detenidamente y le preguntó si las podía tocar.
- Bien, de acuerdo, dijo el presidente, un millón de euros es mucho dinero y comprendo que quiera estar absolutamente segura.
Entonces se dio cuenta de que el abogado estaba golpeándose la cabeza contra la pared. El presidente preguntó a la viejita:
- ¿Qué le pasa a su abogado?.
Ella contestó:
- Nada, sólo que he apostado соn él cinco millones de euros a que hoy a las 10h tendría las реlотаs del presidente de un Banco en mis manos.