Un cliente muy tiquismiquis y exigente va al restaurante. Tras estudiarse la carta durante media hоrа, le dice al camarero:
- Camarero, tome nota, por favor: para empezar, sírvame unos pimientos fritos, pero no demasiado; de segundo, un plato de pasta, no demasiado cocida; después un bistec a la plancha, ni demasiado hecho ni demasiado crudo; una ensalada соn dos gotas de vinagre; una rodaja de piña соn tres medias cucharaditas de azúcar; un café que no esté ni muy caliente ni muy frío; y para beber, agua... agua... El camarero lo interrumpe, sarcástico:
- Señor, ¿соn qué grado de humedad desea el agua?