El otro día, estando reunidos varios amigos en un bar, hablábamos de todo un poco, cuando uno de los presentes dijo:
- ¿Sabéis que he leído que la cerveza tiene hormonas femeninas?.
Como todos llevamos un científico dentro, decidimos verificar si era cierto. De momento, nos metimos unas veinte cañas por barba (en interés de la ciencia, por supuesto). Pues bien, los resultados de esta experiencia en vivo fueron sorprendentes.
Al cabo de 20 rondas:
A) Todos habíamos engordado.
B) Hablábamos todos a la vez sin decir nada interesante.
C) Por supuesto, ninguno escuchábamos lo que decían los demás.
D) Teníamos dificultad para conducir correctamente.
E) Éramos incapaces de seguir un razonamiento por sencillo que fuera.
F) Negábamos obstinadamente estar equivocados, por muy evidente que fuera.
G) Íbamos al baño cada 5 minutos, y encima todos juntos.
No creo que haya que llevar más lejos el experimento. Esta claro:
¡ ¡La cerveza está llena de hormonas femeninas!!.
Un tío que iba todos los días a un bar, siempre pedía tres cervezas.
¡ Deme tres cervezas!
Al día siguiente la misma cosa:
¡ Tres cervezas, por favor!
Como el camarero estaba algo extrañado le pregunta:
Oye, ¿por qué siempre que vienes pides tres cervezas y te las bebes del tirón?
Y el tío le responde:
Es que yo tengo dos hermanos, uno en Suecia y otro en París, y como siempre bebíamos juntos, pues yo bebo por ellos.
Dice el camarero:
Ah, bien, bien...
Al día siguiente el tío llega al bar y dice:
¡ Dos cervezas!
El camarero extrañado le pregunta:
Y eso, ¿es que se ha muerto un hermano o que?
Y dice el tío:
¡ No, es que yo he dejado la bebida!
Estaban reunidos todos los productores de cerveza del mundo en Amsterdam, Holanda.
Al final del día, todos los presidentes de las compañías de cerveza deciden ir a un bar para tomar un trago.
El presidente de "Budweiser" pide una "Bud", el presidente de "Carlsberg" pide una "Carlberg" el presidente de "Heineken" ordena una "Heineken" y así la lista continúa. Entonces, la mesera pregunta al señor Mendoza (presidente de Cerveza Austral, cerveza-austral. Cl conocida cerveza Chilena) qué quiere tomar y ante el asombro de todos los presentes contesta:
Yo quiero una Coca.
Llevado por la curiosidad, finalmente alguien le pregunta:
Estee, disculpe señor Mendoza, ¿Por qué usted no ha ordenado una Austral?
A lo que él responde:
Ah, no, si ustedes no piensan tomar cerveza, entonces yo tampoco.
Llega un campesino a un bar соn una radio bajo el brazo ofreciéndola en venta. En una mesa cercana hay varios citadinos quienes al verlo humilde se proponen quitarle la radio sin pagarle un centavo. Uno de los citadinos le comenta a los otros:
- Les aseguro que соn unas cervezas encima, ese campesino terminará rebajando el costo de la radio hasta casi nada.
Por lo que lo invitan a sentarse соn ellos. Entonces, pregunta el citadino:
- ¿En cuánto nos vendes tu radio?
- En 30 dólares, responde de manera ingenua.
- Okay, dice el citadino, vamos a tomarnos unas cervezas y luego hablamos.
Al cabo de un rato ya se han tomado varias cervezas cada uno y el citadino vuelve a preguntar:
- Y entonces, ¿En cuánto la vendes?
- Bueno, deme 10 dólares, responde el campesino.
- Me parece mejor, dice el citadino.¡Vamos, te invito a otras cervezas!
Luego de un buen rato le pregunta nuevamente al campesino,
- Y ahora, ¿En cuánto me la vendes?
- Deme 5 dólares para poder irme a mi casa.
El citadino, viendo la posibilidad de quedarse соn la radio, decide continuar соn la ronda de cervezas y luego de otro buen rato insiste:
- Y ahora campesino, ¿En cuánto me lo vendes?
A lo que el campesino responde:
- Le voy a decir la verdad, yo quería vender la radio para beber cerveza pero, como ya estoy borracho he decidido no venderla e irme ya a mi casa.
Resulta que una señorita llamada katy(una dama de compañía) llega a una de esas fiestas para gente de mucho nivel y dinero, en el último piso de un gran hotel. Luego de un par de vueltas divisa a un apuesto hombre, muy fornido, que se encontraba apartado del grupo de gente, revolviendo un vaso suavemente.
Obviamente se le vino a la cabeza la idea de que seguramente sería un millonario, aburrido y соn ganas de "eso" que ella le podía dar, por lo que se acerco y le comenzó a hablar...
- Que estas tomando guapo?
- Cerveza mágica, contestó.
- Dale, no te hagas el interesante, que estas tomando?
- De verdad, cerveza mágica, mira.
Y el hombre toma un trago, le da el vaso a la mujer y sale volando por todo el salón, da un par de vueltas y vuelve al lugar.
- Como lo hiciste?, dice ella.
- Donde están los hilos...
- No hay hilos ni trucos, es verdad, mira.
Tomando nuevamente un trago, sale volando, pero esta vez sale por una de las ventanas y entra por otra.
La mujer totalmente fascinada por lo que sus ojos veían, le pregunta:
- Crees que funcionara соn migo?
- Si, por supuesto, respondió velozmente el caballero.
Mesero, por favor sírvale un vaso de cerveza mágica a la señorita.
El mesero quedo viendo a la mujer.
- Esta segura?
- Si por supuesto!!!
La señorita bebió un trago, salio corriendo, y se tiro por la ventana, luego de un silencio de unos pocos segundos se oyo un espantoso "splash", era nuestra querida Katy, al reventarse contra la acera del hotel, 16 pisos abajo. Al caballero se le esbozo una sonrisa, mientras el mesero le decia.....
- Sabes algo? eres un jodido cuando estas borracho, Superman.
Un vendedor, un empleado administrativo y el gerente van a almorzar, y tirada en el suelo, encuentran una antigua lámpara de aceite, la frotan y aparece un Genio envuelto en una nube de humo.
- Como generalmente otorgo tres deseos, les voy a dar uno a cada uno, dice el Genio.
- ¡A mi primero! ¡Yo primero!- dijo el empleado administrativo. Quiero estar de vacaciones en el Caribe y ... ¡Рuff!
¡ Desaparece! y se encuentra en el Caribe.
Sin salir de su asombro, el vendedor grita:
- ¡Ahora a mí! Quiero estar en Hawai, descansando en la playa соn mi masajista personal, соn una inagotable provisión de cerveza y соn una top model. Y ... ¡Puf!
¡ Desaparece! para aparecer en Hawai.
- Bueno, ahora te toca a ti, le dice el Genio al gerente.
- Quiero que esos dos vuelvan a trabajar después del almuerzo!
Conclusión: Siempre hay que dejar que el jefe hable el primero.