Javier se dirigía a la casa de Juanito, porque quería pedir prestada una guitarra, cuando llegó a la mitad de la cuadra, pensó... ¿y si no me la presta?... ¿qué hago?... ¡no, mejor sigo! Y cuando avanzó unos cien metros se quedó quieto y pensó... ¿y si me dice que la tiene prestada?... ¡no, mejor sigo!, avanzó otros cien metros, y se detuvo nuevamente, y pensó... ¿y si me dice que tiene las cuerdas rotas?... ¿y si él no está? ¿y si vine a perder el tiempo?... ¿me devuelvo?... ¡no, mejor sigo! Hasta que por fin llegó a la casa de Juanito, tocó a la puerta, y justamente lo atiende Juanito y Javier le dice:
¿ Sabís que más? ¡No me prestís tu estúpida guitarra!
Cuatro amigos se fueron de cacería, al llegar al bosque se pusieron de acuerdo en dividirse en dos grupos para que la caza fuera más efectiva. Al cabo de un rato un par de amigos se da cuenta de que están perdidos y sucede lo siguiente:
Pedro, creo que estamos perdidos.
No importa Luis, a mí me dijeron que si uno se perdía en el bosque lo que tiene que hacer es disparar tres veces al aire, y esperar en el mismo lugar.
Así lo hicieron, esperaron una hоrа y nada pasó.
Pedro, creo que no dio resultado, hagámoslo de nuevo para ver si resulta.
Lo hicieron de nuevo, tres disparos al aire, una hоrа de espera y nada.
Pedro, hagámoslo de nuevo, espero que esta vez resulte, porque sólo nos quedan tres flechas.