Chistes sobre películas y actores
Pablito asistía a clases a una escuela en un pueblito de campo. Todas las mañanas la profesora le preguntaba a sus alumnos:
- ¿A ver Pepito, en qué te viniste tú, hoy?
- Mi papá me vino a dejar en su tractor, señorita.
- ¿Y tú Juanito?
- Mi papi me vino a dejar en su camioneta.
Y así le pregunta a varios estudiantes, hasta que le pregunta a Pablito, el que соn voz tímida responde:
- Me vine en mi mulita.
Entonces, el curso se lanza a reír a carcajadas.
Al siguiente día pasa lo mismo, y Pablito se siente muy avergonzado.
Entonces, ese día cuando llega a su casa le pregunta a su mamá qué debía hacer, y la mamá lo aconseja.
Llega Pablito al otro día a la escuela y cuando le preguntan a él, responde соn su inocente voz:
- En helicóptero.
Y la profesora le pregunta:
- ¿Y dónde lo dejaste?
A lo que responde:
- Está allá atrás comiendo pastito.
Se encuentran dos amigos, uno de los cuales era atlante...
¡ Hombre! ¡Cuánto tiempo sin verte! ¿Qué tal estás?
Muy bien, aquí en la ciudad, de paso.
Oye, te invito al cine, que соn el tiempo que hace que no te veo, quiero invitarte a algo.
No deja, que no puedo.
Venga hombre, que hace tiempo que no te veo, va, venga, anímate, que es una de vaqueros muy buena, venga anímate.
Que no, que además esa me la vi yo ayer, y que no, de verdad.
Pero соn el tiempo que hace que no te veo, venga, aunque ya la hayas visto, vamos.
Bueno, por no seguir discutiendo, venga que voy.
Están en el cine y de repente le dice el atlante al amigo:
Te apuesto 250 Euros a que ahora va el vaquero, se baja del caballo, lo ata, hace que va a entrar al bar... y no entra.
Pero eres bobo, si te la viste ayer, si ya sabes que va.
Venga que te lo apuesto, vamos, venga...
Bueno, por no oírte, toma los 250 Euros...
Y, efectivamente, va el vaquero, se baja del caballo, lo ata, hace que va a entrar... y entra... соn lo cual el amigo se dirige a él...
Pero eres тоnто, como té apuestas conmigo eso si te la viste ayer y encima no aciertas.
Es que соn las hostias que le dieron ayer digo, "este hoy no entra".
En el patio de un manicomio se encontraba un grupo de internos que se reían a intervalos. El director que hacía sus rondas se acerca curioso para ver que era lo que sucedía. Al acercarse, ve que un lосо dice un número:
- ¡Doce!, e inmediatamente el resto del grupo se comienza a reír. Al acabar las carcajadas del grupo, otro de los del grupo dice otro número:
- ¡Treinta y dos!, obteniendo, nuevamente, el mismo resultado del grupo ahí
Congregado, que se suelta a carcajadas. El director les pregunta:
- ¿Qué es lo que está sucediendo?
A lo que uno de sus pacientes le contesta:
- Estamos contando chistes.
Aún más curioso, el director comenta:
- ¡Pero si sólo están diciendo números!
A lo que el mismo paciente le explica:
- Lo que pasa es que nos sabemos tantos chistes, que los hemos enumerado para ahorrarnos el tiempo de contarlos.
Ponderando esta explicación, el director decide probar su suerte y dice:
- A ver, dieciocho.
A lo que no recibe respuesta alguna del grupo, sino un silencio absoluto.
Anonadado vuelve a intentar.
- Veintidós.
Obteniendo la misma silenciosa reacción. Desesperado comienza a decir números uno tras otro sin lograr sacarle a ninguno de sus internos la menor sonrisa, hasta que por fin les pregunta:
- ¿Pero qué pasa? ¡Les he contado varios chistes y nadie se ríe!
A lo que uno de los locos le contesta:
- ¡Lo que pasa es que usted no tiene gracia para contarlos!
En una noche en el circo ha llegado el momento de presentar la atracción principal de la noche. El presentador соn voz fuerte y emotiva anuncia:
Señoras y señores, niños y niñas a continuación y para cerrar nuestra presentación de esta noche presentamos al gran Bertinni.
Aparece un hombre de contextura delgada pero musculosa, mientras el presentador continúa hablando. El gran Bertinni saltará de un trampolín a una altura de 50 metros y caerá dentro de un barril de agua.
Dicho esto, el gran Bertinni se lanzó dio una voltereta en el aire y cayó dentro del barril, inmediatamente salió alzando los brazos en señal de victoria. El público sorprendido estalló en un mar de aplausos y ovaciones.
A continuación el gran Bertinni saltará de un trampolín a una altura de 75 metros y caerá dentro de un balde de agua.
Dicho esto, el gran Bertinni se lanzó, dio dos volteretas en el aire y cayó dentro del balde, inmediatamente salió alzando los brazos en señal de victoria. Otra vez el público sorprendido estalló en un mar de aplausos y ovaciones.
A continuación el gran Bertinni saltará de un trampolín a una altura de 100 metros y caerá sobre una toalla mojada, el público gritaba eufóricamente, Bertinni subió pacientemente la interminable escalera, brincó del trampolín, dio tres volteretas en el aire y plasss, un sonido fuerte y seco enmudeció el circo. Al instante se levanta Bertinni todo magullado y lleno de sangre por todas partes y dijo:
¿ Quién fue el que secó la toalla?