El gato y el gallego
En un pueblo de una pequeña comarca gallega, un campesino llega al almacén del pueblo en un crudo día de invierno, соn una tremenda helada, y un frío que te podrías reír de Siberia.
- Manuel, le dice al dueño, quiero que me vendas una de esas bolsas de goma que se le pone agua caliente adentro para calentar la cama y tener los pies calientes.
- Соñо, Ramón, que mala suerte la tuya; justamente esta mañana le vendí la ultima a María, la de la casa de Cosío.
- Ramón, puteando; que hago yo ahora соn el frío que hace por la noche?
- No te preocupes hombre, yo te prestaré mi gato.
- ¿Tu gato?
- Mi gato es gordito, te lo colocas en los pies dentro de la cama y verás que calorcito que te da toda la noche.
- El martes volveré a tener bolsas así que vienes por una y me lo devuelves.
- Bueno, gracias Manuel.
Ramón toma el gato y se dirige a su casa.
Al día siguiente se aparece Ramón en la tienda de Manuel, соn la cara desfigurada por los rasguños.
- Manuel, vengo a devolverte este gato de мiеrdа y te lo puedes meter por el сulо. Mira como me dejó el маlраridо...!
- Pero Ramón, ¿qué pasó? si es lo más manso que hay...
- ¿Manso?...... La madre que lo parió!!!; el embudo en el сulо lo aguantó, pero cuando empecé a echarle el agua hirviendo, se puso como lосо!!