El pasado fin de semana, estando filosofando соn unos cuantos amigos en nuestro bar habitual.
Uno de los presentes comentó que en algún lugar había leído que la cerveza contenía hormonas femeninas.
Tras reírnos en un principio, decidimos seriamente investigar y poner a prueba esta hipótesis.
A continuación, y sólo y por interés científico, nos tomamos cada uno unas veinte cervezas.
Al final del experimento pudimos confirmar fehacientemente que la cerveza contiene hormonas femeninas.
1. Todos engordamos
2. Todos hablamos más de la cuenta sin un contenido lógico o razonable.
3. Ninguno pudimos conducir como Dios manda, y no hablemos de estacionarnos...
4. Ninguno podíamos razonar соn lógica.
5. Ninguno podíamos reconocer nuestros errores, incluso cuando estos eran evidentes.
6. Cada uno de nosotros se creía que era el centro del universo.
7. A todos nos dolía la cabeza y a ninguno le apetecía "sеxо".
8. No sabíamos ni podíamos controlar nuestras emociones.
9. Todos íbamos siempre tomados de la mano o abrazados, para apoyarnos mutuamente.
10. Todos nos vimos en la necesidad de acudir cada cuarto de hоrа al WC,... y en ocasiones todos a la vez.
Por el bien de la ciencia, este proximo fin de semana haremos el mismo experimento, pero esta vez será para comprobar si el Tequila tambien produce el mismo efecto
Un grupo de amigos cuarentones se encuentran para elegir el sitio donde van a cenar todos juntos...
Finalmente se ponen de acuerdo en cenar en el restaurante del Café Central, porque las camareras son guapas, llevan minifalda y escotes generosos.
Diez años después, los mismos amigos, ya cincuentones, se reúnen de nuevo para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen de acuerdo en cenar en el restaurante del Café Central, porque el menú es muy bueno y hay una magnífica carta de vinos.
Diez años después, los mismos amigos, ya sesentones, se reúnen de nuevo para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen de acuerdo en cenar en el restaurante del Café Central, porque es un sitio tranquilo, sin ruidos y tiene salón para no fumadores.
Diez años después, los mismos amigos, ya setentones, se reúnen de nuevo para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen de acuerdo en cenar en el restaurante del Café Central, porque el restaurante tiene acceso para sillas de inválidos e incluso hay ascensor.
Diez años después, los mismos amigos, ya octogenarios, se reúnen de nuevo para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen de acuerdo en cenar en el restaurante del Café Central, y todos coinciden en que es una gran idea porque nunca han cenado allá.
Dos amigos se encuentran por casualidad:
- Hombre, Paco, ¿qué tal? ¿qué te cuentas?
- Hombre, Pepe, pues nada, acabo de volver de viaje. He estado haciendo un curso de Lógica en Harvard.
- ¿Un curso de Lógica? ¿Y eso cómo es?
- Pues mira, por ejemplo, Paco ¿Tú tienes una pecera?
- Sí.
- Eso quiere decir que te gustan los peces, ¿no?
- ¿Los peces? Pues sí, sí me gustan.
- Eso quiere decir que te gustan las cosas de colores variados y llamativos, ¿no?
- Bueno? Sí.
- Entonces, eso significa que te gusta la belleza, ¿no?
- Hm? Sí, claro.
- Si te gusta la belleza, entonces te gustan las mujeres, ¿no es verdad?
- Ноsтiа, ¡sí!
- ¿Ves? He partido del hecho de que tienes pecera, y por un proceso deductivo he concluido que te gustan las mujeres. ¡Eso es la Lógica!
Un tiempo después Pepe se encuentra соn otro amigo, y le cuenta lo sucedido:
- Oye, ¿Sabes que Paco ha estado haciendo un curso de Lógica en Harvard?
- ¿De Lógica? ¿Y eso cómo es?
- Pues mira, mu fácil, ¿tú tienes pecera?
- Yo no.
- Pues? ¡Pues tú eres маriсón!!!