Se encuentran dos amigos, uno de los cuales era atlante...
¡ Hombre! ¡Cuánto tiempo sin verte! ¿Qué tal estás?
Muy bien, aquí en la ciudad, de paso.
Oye, te invito al cine, que соn el tiempo que hace que no te veo, quiero invitarte a algo.
No deja, que no puedo.
Venga hombre, que hace tiempo que no te veo, va, venga, anímate, que es una de vaqueros muy buena, venga anímate.
Que no, que además esa me la vi yo ayer, y que no, de verdad.
Pero соn el tiempo que hace que no te veo, venga, aunque ya la hayas visto, vamos.
Bueno, por no seguir discutiendo, venga que voy.
Están en el cine y de repente le dice el atlante al amigo:
Te apuesto 250 Euros a que ahora va el vaquero, se baja del caballo, lo ata, hace que va a entrar al bar... y no entra.
Pero eres bobo, si te la viste ayer, si ya sabes que va.
Venga que te lo apuesto, vamos, venga...
Bueno, por no oírte, toma los 250 Euros...
Y, efectivamente, va el vaquero, se baja del caballo, lo ata, hace que va a entrar... y entra... соn lo cual el amigo se dirige a él...
Pero eres тоnто, como té apuestas conmigo eso si te la viste ayer y encima no aciertas.
Es que соn las hostias que le dieron ayer digo, "este hoy no entra".
Están tres amigos muertos de hambre, sólo tienen un céntimo, van a un restaurante y preguntan:
- ¿Qué nos puede dar por un céntimo?
Y el camarero contesta:
- No puedo daros nada, pero bueno, haré una excepción y os daré esta tortilla.
Los tres amigos se fueron соn la tortilla, y como era tan pequeña uno propuso:
- Esta tortilla es tan pequeña que no podremos comérnosla entre los tres. Haremos lo siguiente: nos iremos a dormir y el que sueñe que va más lejos se comerá la tortilla.
Por la noche va uno de ellos y se levanta y la come. Al día siguiente dice el primero:
- Yo he soñado que iba al cielo, muy alto, muy alto, y hablaba соn Dios.
Dice el segundo:
- Yo he soñado que iba al infierno, muy abajo, muy abajo y hablaba соn el diablo.
Y finalmente dice el tercero:
- Pues yo, como tardabais tanto, pensé que ya no veníais y me comí la tortilla.
Esto son dos amigos que se encuentran:
- Hola Paco, ¿qué tal va todo?
- Un poco mal.
- ¿Por qué?
- Es que el otro día se murió mi padre.
- Oh, lo siento, ¿de qué murió?
- Pues, esto que estaba cocinando y se le quemó la comida, y sin darse cuenta se le llenó la habitación de humo, y no tuvo más remedio que tirarse por la ventana.
- Oh, ¿murió de la caída?
- No, en ese momento vinieron los bomberos, y pusieron la lona, y rebotó contra la pared del edificio...
- Oh, murió del choque.
- No, porque mi padre puso los pies en la pared, y rebotó hacia el tendido eléctrico...
- Oh, murió electrocutado.
- No, en ese momento mi padre rebotó otra vez y...
- Bueno tío, ¿de qué murió tu padre?
- ¡Lo tuvimos que matar a tiros!