Llega un pintor al entierro de su compañero de oficio; llorando se dirige penosamente a la esposa (ahora viuda) de su compañero, y le dice соn dolidas palabras:
Señora, lamento muchísimo lo ocurrido, comparto la pena que sufre, pero tengo algo que decirle. Las ultimas palabras de su esposo, a mí me tocó escucharlas.
La señora se dirige a él соn cara todavía más dolida, соn la voluntad de saber las últimas palabras de su esposo y le dice :
Señor, por favor, le suplico me diga cuáles fueron las últimas palabra de mi esposo, antes de morir.
Responde el señor:
Estas, fueron sus últimas palabras:
¡ No muevas el andamio, por favor, no muevas el andamio, que nos vamos a caer!
Llegan 3 individuos al infierno, y les toca el día que está de buenas el diablo y les dice:
Hoy voy a dejar ir a aquel de ustedes que me dé algo que yo no pueda destruir соn mis manos.
Llega el primero y le da una extraña roca encontrada en Siberia. El diablo la toma en sus manos y la empieza a apretar.
1, 2, 3, listo, ya te llevó el chamuco.
Llega el segundo y le da un pequeño balín hecho de titanio. El diablo la toma en sus manos y la empieza a apretar.
1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, ¡Lo logré!, vas pa´bajo.
Llega el último y le da una luneta de chocolate. El diablo la toma en sus manos y la empieza a apretar.
1, 2, 3,...10,...100, empieza a sudar, 200... 1000. Nada, el diablo ha perdido.
Entonces le dice:
Está bien, puedes subir, pero antes dime, ¿Por qué no pude destruir tu chocolate?
A lo que le respondió:
El chocolate se derrite en tu boca, no en tus manos.