Entra el empleado a la oficina de su jefe, y соn un aspecto temeroso le dice:
Jefe, necesito hablar соn usted.
Pasa hombre, ¿Qué te ocurre?
Usted sabe que llevo más de 15 años en su empresa y nunca he tenido un aumento de sueldo, es hоrа que me aumente los 300 dólares mensuales que gano desde que me contrató.
Y dime, ¿Cuánto quieres ganar?
Bueno, hice algunos cálculos y considerando el tiempo transcurrido, y el trabajo técnico que desarrollo creo que me correspondería ganar 1.500 dólares por lo menos.
Mira, te voy a pagar 5.000 dólares mensuales, un vehículo a tu cargo, vacaciones pagadas al lugar que tú elijas, y te asignaré una secretaria para que te ayude en tus labores diarias, ¿Qué dice?
¿ Me está bromeando?
¡ Sí, pero tú empezaste!
Llega una secretaria llorando соn tremendo llanto a su oficina. El jefe preocupado, entra a la oficina de ésta para ver cuál era el problema.
¡ Ay, que tristeza!
¿ Qué te pasa, por qué lloras tanto?
¡ Ay, señor, esta mañana murió mi mamá, y estoy destrozada!
En verdad lo siento, si quieres, puedes irte a tu casa, supongo que no te has de sentir bien.
No señor, el trabajo me distraerá un poco y me sentiré mejor, gracias.
Bueno, estaré en mi oficina.
La secretaria se calma y se entretiene соn su trabajo, cuando de pronto, una llamada por teléfono le despierta el llanto, y se suelta a llorar de nuevo.
¿ Y ahora que pasa?, preguntó el jefe.
Ay señor, me acaba de hablar mi hermana, y a la pobre también se le acaba de morir su mamá.
El párroco se estaba retirando después de 25 años a cargo de la parroquia y los feligreses decidieron ofrecer una cena de despedida en su honor.
Se escogió a un destacado político local, miembro de la parroquia, para dar un pequeño discurso durante la cena. Pero se retrasó y el sacerdote decidió entonces decir unas breves palabras mientras esperaban al político.
"Obtuve mi primera impresión sobre esta parroquia en la primera confesión que debí escuchar. Pensé que había sido destinado a un lugar terrible. La primera persona que entró a mi confesionario me dijo que había robado un televisor y que, al ser detenido por la policía, casi había matado al oficial. Había robado dinero a sus padres, sustraído mercancía de su sitio de trabajo, había tenido un romance соn la esposa de su jefe y tomaba estupefacientes. Yo estaba anonadado...
Pero a medida que pasaban los días, me di cuenta que la gente de esta parroquia no era nada así y que ciertamente había venido a una comunidad llena de gente buena y amable...".
Justo cuando el sacerdote terminaba sus palabras, el político entró al salón, disculpándose por la tardanza. Inmediatamente comenzó su presentación y el discurso en honor del párroco saliente.
"Nunca olvidaré el primer día que el Padre llegó a nuestra parroquia", dijo el político.
"De hecho, tuve el honor de ser el primero en confesarme соn él"
Un hombre llega del trabajo a su casa, соn un brillante reloj en la muñeca. Le pregunta su mujer de dónde lo ha sacado, y él le explica:
Mi jefe está contento соn mi trabajo y me ha regalado este reloj que cuesta 1 millón de pesetas. La mujer, que sabe lo descuidado que es su marido, va a un especialista a que le fabrique un reloj idéntico pero barato, y lo pone en la mesilla de su marido a cambio del otro. Al cabo de unos días, va el hombre a una comida entre amigos y coge el reloj falso. A un amigo le dice muy convencido:
Este reloj me lo dio mi jefe y cuesta un millón.
Su amigo, que entiende de relojes apuesta соn él 100.000 pesetas a
Que no cuesta ni 5.000, y le gana las 100.000 pesetas. La semana siguiente tiene una cena importante, y la mujer le coloca de nuevo el reloj caro. Así que va a su cena, y le dice un compañero:
¡ Pepe! Ese reloj te habrá costado al menos medio kilo, y él insiste en que es una baratija de reloj que no cuesta ni 5.000 pesetas, y apuestan 100.000 pesetas, el dueño creyendo que su reloj es una baratija, van a un relojero y pierde sus 100.000 pesetas.
Así que, al de unos días, ve a un conocido y le dice:
¡ Vaya reloj, Pepe! ¿Es caro?
Pues tiene sus días...