Cuenta la leyenda que un índio chileno llamado Colo Colo, cuando Argentina quería invadir Chile, era el único que le daba valor a su gente. Los animaba a cargar y luchar contra los Argentinos. -Captúrenlo! pero no lo maten, si lo matan lo harán un "héroe" y eso es malo. Mejor le cortan un brazo. Dijo el capitán argentino. Lo capturaron y le cortaron un brazo. Pero Colo Colo volvió соn un brazo de madera que le hizo un carpintero, e incluso su ataque fue peor. -Le hemos cortado un brazo y sigue luchando. Captúrenlo pero no lo maten, córtenle una pierna! El indio chileno regreso a su patria saltando, pero como era tan patriota que lo llamo al carpintero, le hizo una pierna de madera y nuevamente respondió соn un ataque todavía más feroz.
- Captúrenlo y córtenle el "pene". Pero Colo Colo no se rindió, buscó al carpintero y le puso un pene de madera. El indio atacó de nuevo, esta vez a la mujer del capitán argentino, y ahí nació ¡Pinocho!
En las cercanías del aeropuerto el Capitán dice:
- ¡Aquí AIH346 a torre de control!, solicito permiso de aterrizaje.
- Aquí torre de control, AIH346 proceda por pista 23N.
En la cabina el Capitán dice:
- ¡Demonios!, siempre hemos aterrizado en la 14W, ¿Dónde está la 23N?
Y el copiloto responde:
- Ahí la tienes, que corta que es.
- ¡Corcholis!, dice el Capitán, pero que corta es. Iniciando aproximación. Invirtiendo motor uno, dos. Invirtiendo todos los motores, freno aerodinámico al máximo, bloqueo ruedas.
El Avión toca pista y para justo al final. El Capitán vuelve a decir:
- ¡Rayos!, que corta que era.
A lo que el copiloto contesta:
- Corta, cortísima, pero mira, ¡Que annnncha que era!