Chistes de ancianos, Chistes de viejos, Chistes de Viejitos
Luego de celebrar su aniversario número 50 de matrimonio, la esposa sufre un ataque al corazón y llama a su esposo para despedirse definitivamente:
- Viejo -le dice entre sollozos-, se que ya me voy... pero antes quiero dejarte como recuerdo el pequeño tesoro que he acumulado en estos 50 años. Está aquí debajo de la cama... saca el cofre que se encuentra ahí.
El hombre, соn dificultad, se mete debajo de la cama y saca el cofre abriéndolo de inmediato. Encuentra dentro de él 3 huеvоs y más de cien mil dólares, así que muy extrañado dice:
- No entiendo lo de los 3 huеvоs... ¿que significan?
- Mi amor -responde ella-, cada vez que me dabas una noche de sеxо sin que yo sintiera placer, yo guardaba un huеvо en el cofre...
-¿ Solo 3 huеvоs de sеxо sin placer en tanto tiempo? ¡SOY UN TORO! -exclamó orgulloso el viejo, y luego preguntó-: ¿y esa enorme cantidad de dólares?
- Si viejo, es que cada vez que el cofre se llenaba de huеvоs, yo los vendía y GUARDABA EL DINERO!
Romance a la cuarta edad...
Dos personas mayores, él viudo y ella viuda, se conocían hacía varios años.
Una noche hubo una cena comunitaria en la Casa Club. Los dos sentados en la misma mesa, uno frente al otro.
Durante la comida él la miró y la miró admirado y finalmente juntó el coraje para preguntarle:
- "¿Quieres casarte conmigo? '
Después de unos segundos de "cuidadosa consideración", ella respondió:
- Sí. Sí, acepto! "
La comida terminó y, luego de algunos intercambios agradables de palabras, se fueron a sus respectivos hogares.
A la mañana siguiente, el despertó preocupado y dudoso de la respuesta. "¿Dijo sí "o dijo no'? No podía recordar. Lo intentó y lo intentó, pero simplemente no recordaba, no tenía ni siquiera una vaga idea; inquieto, fue al teléfono y llamó a su amiga.
En primer lugar, le explicó que su memoria no era tan buena como solía serlo. Luego le recordó la noche hermosa, que habían pasado y соn un poco más de coraje, le preguntó:
- "Cuando te pregunté si querías casarte conmigo, dijiste, sí o no?'
Él quedo encantado al oírla decir:
- "Te dije que sí, que sí, acepto y lo dije соn todo mi corazón."
"Y estoy muy feliz de que me llamaras, no podía recordar quién me lo había pedido."
Un hombre de unos 70 años acompañado de una rubia espectacular de unos 25 años, entra a una fina joyería y dice:
- Buenos días señor, estoy buscando algo especial para mi amiga.
El joyero le alcanza un anillo un anillo valorado en US4.000. El hombre mira el anillo y dice:
- El anillo está bien, pero es que ella se merece algo realmente especial.
El joyero va la caja fuerte y regresa un hermoso collar de diamantes y dice:
- Este espectacular collar esta avaluado en US$50.000...
Los ojos de la rubia parpadean, el hombre la besa, le mide el collar, y le dice al dependiente:
- Eso está perfecto: lo compro.
-¿ Forma de pago señor? pregunta el joyero.
- Соn cheque -contesta el anciano y agrega- pero no se preocupe, hoy es viernes y ya no hay bancos en servicio, así que usted madruga el lunes, verifica la autenticidad del cheque, y yo paso en la tarde a recoger el collar.
El día lunes el joyero llama al anciano y y le grita terriblemente enojado:
-¡ Oiga señor! ¡En esa cuenta no hay dinero!
- Si, ya lo sé -contesta el viejo- ¡PERO NO SE IMAGINA EL FABULOSO FIN DE SEMANA QUE PASÉ СОN LA RUBIA...!
Соn la nueva tecnología aplicada para la fertilidad, una mujer de 65 años dio a luz a un bebé.
Cuando salió del Hospital y fue a su casa, llegaron sus familiares a visitarla.
- ¿Podemos ver al bebé?, preguntó uno de ellos.
Todavía no, dijo la flamante madre de 65 años, dentro de poco.
Pasó media hоrа y otro de los familiares preguntó, ¿Ya podemos conocer al nuevo bebé?
- Todavía noooooo, dijo la madre.
Pasó otro rato, y volvieron a preguntarla, impacientes, pero bueno ¿Cuándo vamos a ver al bebé?
- Cuando llore, respondió la madre.
- ¿Cuándo llore?, exclamaron. ¿Por qué tenemos que esperar hasta que llore?
- Porque no me acuerdo donde lo puse.
Un grupo de amigos cuarentones se encuentran para elegir el sitio donde van a cenar todos juntos...
Finalmente se ponen de acuerdo en cenar en el restaurante del Café Central, porque las camareras son guapas, llevan minifalda y escotes generosos.
Diez años después, los mismos amigos, ya cincuentones, se reúnen de nuevo para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen de acuerdo en cenar en el restaurante del Café Central, porque el menú es muy bueno y hay una magnífica carta de vinos.
Diez años después, los mismos amigos, ya sesentones, se reúnen de nuevo para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen de acuerdo en cenar en el restaurante del Café Central, porque es un sitio tranquilo, sin ruidos y tiene salón para no fumadores.
Diez años después, los mismos amigos, ya setentones, se reúnen de nuevo para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen de acuerdo en cenar en el restaurante del Café Central, porque el restaurante tiene acceso para sillas de inválidos e incluso hay ascensor.
Diez años después, los mismos amigos, ya octogenarios, se reúnen de nuevo para elegir el restaurante donde ir a cenar. Finalmente se ponen de acuerdo en cenar en el restaurante del Café Central, y todos coinciden en que es una gran idea porque nunca han cenado allá.
En un banco de un parque, dos ancianitas disfrutan el calorcito del sol. Todas las mañanas, por los últimos doce años, se han encontrado en el mismo banco, han conversado y disfrutado de la compañía respectiva. Esa mañana, la más joven de las dos, le dice a la otra:
- Perdona la pregunta, me da pena, después de tantos años, ¿Cómo te llamas?
La interpelada la mira fijamente, соn expresión de angustia pintada en el rostro. Por dos largos minutos, calla, hasta que, finalmente balbucea:
- ¿Cuán pronto necesitas de esa información?