Un hombre muy rico reunió a sus tres hijos poco antes de morir y les dijo:
Mirad, he vivido siempre rodeado de dinero y así quiero morir. Por ello, os pido que cuando muera me echéis cada uno en la caja 25.000 euros.
Una vez muerto, dijo el hijo mayor:
Yo no pienso echarle nada, ¿Para qué quiere ya el dinero?
El siguiente hijo argumentó:
Yo tampoco le voy a echar nada, lo que dijo fue una tontera, no pienso hacerle caso.
Entonces, el hijo menor recriminó a sus hermanos diciéndoles:
No os da vergüenza, todo lo que nos ha dejado (cientos de miles de euros), los ha ganado él. Nosotros no hemos trabajado nada. ¿Y ahora no sois capaces de cumplir su última voluntad?
¡ Ah!, le respondieron sus hermanos, ¿Es que tú sí le vas a echar los 25.000 euros?
Yo, dijo el menor, voy a hacer más que eso, le voy a echar la Visa Oro y que se compre lo que quiera.