Dos curas estaban hospedados en un convento para participar en un gran evento religioso. Para no incomodar a las hermanas residían allí, los padres salían poco de su cuarto y tomaban el baño muy tarde, para no encontrarse соn ninguna monja. Una noche, salieron de su cuarto a tomar el baño y, ya estando allí, se dieron cuenta de que no había jabones.
Entonces uno de ellos dijo:
- Yo tengo jabones en mi cuarto. Voy a buscarlos.
Pensando en ganar tiempo y sin imaginar que pudiera aparecerse alguien a esas horas, el padre fue a buscar los jabones completamente desnudo. Ya en su cuarto, tomó dos jabones, uno en cada mano, y se dirigió al baño, donde lo esperaba el otro padre. A mitad del corredor, se encontró соn tres monjas que se quedaron perplejas. Como no había donde esconderse, el padre se pegó a la pared y se quedó inmóvil, como una estatua. Las tres hermanas se acercaron a la estatua, admirando la perfección de la obra, hasta que una de ellas llevó una mano a los genitales y jaló el miembro del padre, que, asustado, dejó escapar un jabón. La segunda monja exclamó:
-¡ Madre mía! ¡Es una estatua distribuidora de jabones! Las hermanas se quedaron maravilladas y, para comprobarlo, la otra hermana también jaló del miembro del padre, que inmediatamente soltó un jabón más. Entonces, la tercera monja repitió la operación y no vio ningún jabón. Intentó jalar una vez más ¡y nada! Otra vez y otra vez, todo para recibir un jabón, y nada. Hasta que gritó, llena de entusiasmo:
-¡ Hermanas, la estatua también suelta shampoo!!!

Un niño de 9 años vuelve a casa antes de lo previsto al haber acabado las clases antes. Al entrar, ve a su madre соn un hombre que no conoce desnudos en la cama, y al darse cuenta que no se han percatado de su presencia, se esconde en el armario para observar lo que hacen. En esto que el marido de la mujer llega también antes de hоrа, y la mujer mete a toda prisa a su amante en el armario también, sin darse cuenta que dentro estaba su hijo. El niño dice:
- Está muy oscuro aquí dentro.
El hombre contesta sorprendido:
- Si, así es.
Niño:
- Tengo un balón de fútbol.
Hombre:
- Ah, muy bien.
Niño:
- ¿Quieres comprarlo?
Hombre:
- No, gracias.
Niño:
- Mi padre está ahí fuera.
Hombre:
- De acuerdo, ¿cuánto pides por el?
Niño:
- 500 Euros.
Hombre:
- Un poco caro, pero de acuerdo.
Unas semanas más tarde sucede de nuevo lo mismo, y el niño y el amante se encuentran de nuevo escondidos en el armario.
Niño:
- Está muy oscuro aquí dentro.
Hombre:
- Si, así es.
Niño:
- Tengo unos guantes de portero.
El amante, recordando la última vez que se encontraron, pregunta:
- ¿Cuánto pides por ellos?
Niño:
- 500 Euros.
Hombre:
- De acuerdo.
Pocos días más tarde, el padre le dice al niño:
- Coge tu balón y guantes de portero, y vamos fuera a jugar un rato.
El niño contesta:
- No puedo, los he vendido.
El padre pregunta:
- ¿Por qué precio?
Niño:
- 1000 Euros.
El padre contesta:
- Es terrible aprovecharse de un amigo... Ese precio es exagerado por las dos cosas... Hoy vamos a la iglesia para que te confieses.
Juntos se dirigen a la iglesia, y una vez allí el padre mete al niño en el confesionario. Niño:
- Está muy oscuro aquí dentro…
El cura contesta:
- No empieces de nuevo соn esa ****.