A cincuenta metros de la playa, una chica, a punto de ahogarse, grita desesperada pidiendo ayuda. Una multitud de bañistas se acerca a la orilla a observar a la pobre mujer. En eso, un anciano que en su juventud practicó deportes se lanza al mar y соn unas cuantas brazadas llega a rescatar a la chica; la toma соn un brazo y соn el otro nada de regreso. Al llegar a la playa, el octogenario, cansado, se desploma junto a la mujer. La muchacha se recupera de inmediato y se levanta mostrando un escultural cuerpo cubierto sólo por un minúsculo biquini de hilo dental. Se acerca al anciano y coquetona le agradece:
- Buen hombre, no tengo соn qué pagarle lo que hizo por mí...
Recorriéndola соn la mirada de arriba abajo, el viejo alcanza a decir:
- ¡Sí tienes, y mucho, el que no tiene соn que cobrar soy yo!
Un hombre se sienta en un tren frente a una voluptuosa rubia que lleva una pequeña minifalda puesta. Aunque quisiera, no era capaz de retirar su mirada de los muslos de ella. Como era de esperar, se da cuenta de que va sin ropa interior.
La rubia se da cuenta de que el la mira ahí, y le dice:
- ¿Me estás mirando la vаginа?
- Si, disculpa.
Responde el hombre, tras quitar su mirada.
- Está bien -responde la mujer- Es muy talentosa, mira esto, voy a hacer que mi vаginа te mande un beso.
Increíblemente, la vаginа le manda un beso. El hombre, totalmente asombrado, pregunta que otra cosa puede hacer.
- Puedo también hacer que te guiñe un ojo, dice la mujer.
El hombre mira asombrado como la vаginа le hace un guiño.
- Ven y siéntate al lado mío.
Sugiere la excitada mujer.
El hombre se sienta a su lado y ella le pregunta:
- ¿Quieres meter un par de dedos ahí?
Paralizado de asombro, el hombre responde:
- ¡No me jodas que también silba!
Una loca jugaba corriendo en su silla de ruedas a lo largo del pasillo del manicomio imitando el ruido de un automóvil. De repente sale un lосо de una habitación, la detiene y le dice:
- Disculpe señorita, pero está usted sobrepasando el límite de velocidad permitido en esta avenida. ¿Puedo ver su licencia?
La loca busca en su bata y saca un boleto viejo del metro. El lосо verifica el documento, se lo devuelve y la deja seguir..
La loca "prende" su veloz auto y arranca de nuevo imprimiendo velocidad. Al pasar otra vez ante la habitación del lосо, éste surge de nuevo. Vuelve a detenerla y dice:
- Disculpe señorita, pero he visto como
Pasaba la doble línea continua. Le importaría mostrarme su permiso para conducir?
La demente busca otra vez en sus bolsillos y le entrega la envoltura de una chocolatinas. El lосо comprueba que los papeles están en regla, la amonesta de nuevo y deja que se vaya otra vez.
La loca continúa conduciendo a toda velocidad por los pasillos... Y, al volver a pasar por el mismo sitio, sale el lосо por tercera vez de su habitación, pero ahora el loquito está totalmente desnudo y соn el pene en pleno estado de excitación...
La loca lo observa detenidamente y exclama:
- ¡Ay no, no jodas...! ¿Otra vez соn la prueba de alcoholemia?
Un jefe de la mafia descubrió que su contable había desviado 10 millones de dólares de la caja.
El contable era sordo. Por eso fue admitido en el trabajo, pues como no podía oír nada, en caso de una eventual detención y proceso, no podría actuar como testigo.
Cuando el Jefe le fue a preguntar por los 10 millones, llevó consigo a su abogada, que conocía el lenguaje de las señales de los sordomudos.
El jefe pregunto al contable:
- ¿Dónde están los 10 millones que te llevaste?
La abogada usando el lenguaje de las señales, le hizo llegar la pregunta al contable, que a su vez respondió соn señales.
- Yo no sé de que están hablando.
La abogada lo tradujo para el jefe.
- Él dice que no sabe de qué le hablamos.
El mafioso saco una рisтоlа calibre 45 y apuntó a la cabeza del contable, gritando:
- Pregúntale de nuevo
La abogada, por señales, le dijo:
- Él te va a matar si no le cuentas donde está el dinero.
El contable respondió соn señales:
- Ok, ustedes ganaron, el dinero está en una valija marrón de cuero, que está enterrada en el jardín de la casa de mi primo Enzo, en el Nº 400 de la calle 26, bloque 6 del barrio de Santa Marta.
El mafioso le preguntó a la abogada.
- ¿Qué dice?
La abogada respondió:
- Dice que no tiene miedo de morir y que a usted le faltan huеvоs para apretar el gatillo....
Un chico y una chica se encuentran en un bar.
Se llevan tan bien que deciden ir a un lugar más privado, al apartamento de ella.
Un par de copas más tarde, el chico se quita la camisa y luego va y se lava las manos.
A continuación, se quita el pantalón y se lava las manos otra vez.
La chica que lo mira соn atención le dice:
- Tú has de ser un dentista.
El hombre, sorprendido, dice:
- Sí ... ¿cómo te has dado cuenta de eso?
- Muy fácil, respondió ella, de las veces que te lavas las manos.
Una cosa llevó a otra y hacen el amor.
Después de que han terminado la chica le dice:
- Estoy segura que has de ser un buen dentista.
El chico, ahora соn un ego impulsado le dice:
- Claro, yo soy un buen dentista, ¿Cómo te diste cuenta de eso?
- Es que no sentí nada! le responde.