Chistes de religión, Chiste de religión, Chistes religiosos
Este es un tipo rico que muere y se va al cielo. Ahí lo recibe San Pedro y le encomienda a un ángel que le enseñe su nuevo hogar, el tipo emocionado se pregunta como será, será una mansión de lujo o un palacio ya que, en el cielo no podría haber pobreza. Pasaron por un palacio bellísimo, соn columnas de oro, adornado соn diamantes, digno de un rey. El hombre emocionado le pregunta al ángel:
-¿ Aquí voy a vivir?
Y el ángel contesta:
- No, más adelante está, sigamos.
Luego vio otra mansión hermosa соn jardín, piscina, digna de un príncipe y emocionado pregunta:
- Angel, ¿Aquí sí voy a vivir?
Y el ángel contesta:
- No, más adelante.
El tipo ya extrañado siguió el camino y vio una casa mediana соn jardín y bastante bonita y pensó, bueno al menos es cómoda y dijo:
-¿ Angel, viviré aquí?
El ángel le dijo:
- No, más adelante.
Y el tipo ya decepcionado siguió y más adelante vio una casita pequeña, dos habitaciones sin jardín pero habitable y le preguntó:
-¿ Angel, es aquí?
Y el ángel responde:
- No, más adelante.
Siguieron su camino y luego vieron una casita de lodo y varas, un solo cuarto, cocina соn leña, pequeñita casi inhabitable y asustado pregunta:
-¿ Angel, aquí?
El ángel contesta:
- No, ya casi llegamos.
El hombre muy asustado lo siguió y al final de la calle ven un pequeño espacio соn cuatro palos y un techo de ramas, sin paredes y el piso era el suelo simplemente y el hombre preguntó:
- Angel, ¿No me digas que aquí voy a vivir?
Y el ángel contestó:
- Pues sí hermano, es que соn lo que tú nos mandaste de allá abajo apenas alcanzó para esto.
Dos sacerdotes, que estaban de vacaciones en Hawai, deciden vestirse de turistas para pasar inadvertidos. Compran camisas floreadas y sandalias y se van a tomar el sol a la playa; en eso, una rubia despampanante en bikini, pasa junto a ellos y los saluda:
"Buenas tardes, padres".
Los curas se quedan atónitos y, antes de volver al hotel, deciden comprarse un atuendo más atrevido: Pantaloncillos de surfista, playera соn estampado batik y gafas obscuras.
Al día siguiente, vuelven a la playa y ven a la misma rubia, que en esta ocasión lleva un bikini más breve:
"Buenos días, padres", los saluda.
Al pasar junto a ellos, la detienen: ¡Un momento señorita!
¿ Cómo sabe que somos sacerdotes?"
¿ Qué no se acuerdan de mí? soy la hermana Catalina, la del convento.
Era un rocanrolero que se va a confesar.
Padre, vengo a confesarme, yeah, yeah, yeah.
Y el padre le contesta:
No te puedo confesar hasta que te cortes el cabello.
Pasa un año, dos años, tres años y llega el rocanrolero.
Padre vengo a confesarme yeah, yeah, yeah.
No hijo, hasta que te quites esos aretes, esas pulseras y todos esos colguijos que traes.
Pasan cinco años, seis años y llega otra vez a confesarse.
Padre vengo a confesarme, yeah, yeah, yeah.
Que no hasta que te vistas como la gente y te quites eso del yeah, yeah, yeah.
Pasan cinco, diez, quince años y llega a confesarse.
Padre vengo a confesarme.
Y el padre le contesta:
Hijo mío, dime tus pecados yeah, yeah, yeah.