Chiste de largos, Cuentos Graciosos

Había una vez un rey que estaba muy aburrido y entonces manda llamar a su mayordomo y le dice:
- Consígueme a 3 personas para ver qué hago соn ellas.
Entonces el mayordomo sale en busca de gente para la diversión del rey, unas horas después llega y el rey le pregunta:
- ¿Los has traído?
Él contesta:
- Si.
- Pues entonces hazlos pasar.
En eso entra un gringо y el rey le dice:
- Uno соn la mano.
Entonces el gringо no entiende y dice:
- What?
El rey le dice a su mayordomo:
- Sácalo, este baboso no sabe nada, que pase otro.
Entonces entra el chino y le dice lo mismo, y lo mismo no sabe lo que significa y también lo sacan, el rey pregunta:
- ¿Quién queda?
El mayordomo contesta:
- Pues un mexicano.
- Bueno pues entonces hazlo pasar.
Entra y el rey le dice соn la mano 1, el mexicano 2, el rey 3, el mexicano 4, el rey 5, el mexicano empuña la mano, el rey dice 1 hacia arriba, el mexicano соn la mano empuñada hacia arriba, abajo y a todos lados, el rey saca un pan, el mexicano un vino, rey se toca la cabeza, el mexicano el brazo, el rey dice muy bien. El mexicano se va y le dice a su mayordomo que dónde está el mexicano y él dice:
- Ya se fue ¿por qué? - (pregunta el mayordomo) y el rey le dice:
- Pues mira es que yo le dije hay 1 dios y él me dijo no hay 2 yo le dije no hay 3, él me dijo no hay 4, yo le dije no hay 5 y él me dijo no hay muchos, yo le dije Dios está arriba, y él me dijo: Dios está arriba y en todos lados, yo le dije dios es pan, él me dijo no dios es vino, yo le dije dios es sabiduría y el me dijo no dios es fuerza. Entonces el mayordomo sale en busca de el nuevamente avanza varios cientos de metros y lo encuentra y le dice:
- Oiga señor mi rey necesita que regrese.
Y el mexicano dice:
- Pues dígale a su **** rey que se vaya a сhingаr a su madre.
El mayordomo dice:
- ¿Por qué?
- Pues porque él me dijo métete el dejo y yo le dije métase los 2, él me dijo los 3 yo le dije los 4, él me dijo los 5 yo le dije la mano completa, él me dijo métete el dedo otra vez y le dije métase la mano y dese vueltitas el me dijo muerto de hambre yo le dije borracho el me dijo ****o y yo le dije chingue su madre...
Jejejeje
Muy bueno pero muy largo...
Bueno me largo...

Chiste: Apuesta.
- Era un día común y corriente en la escuela cuando llegó una maestra nueva a la oficina del director.
- Profesora: Hola. Yo soy la señorita González, la nueva maestra, y quiero hablar соn el director.
- Asistente: Claro que sí y bienvenida. Él se encuentra haciendo una videoconferencia muy importante, pero ya debe de estar por acabar.
(Videoconferencia)
(Móvil)
- Director: Sí. Mira, antes de que pase la maestra nueva, por favor tráiganme una caja de pañuelos de papel. A mí computadora le cayó mayonesa.
- Director: Bienvenida, muñeca, pase. Necesito hablar algo muy serio соn usted. ''¿Le dije muñeca o lo pensé?''
- Profesora: Claro que sí, director. Dígame, ¿en que puedo ayudarle?
- Director: Mire, como usted es nueva por aquí, tengo la obligación de advertirle algo sobre unos muchachitos que estudian en esta institución. Mi obligación como director de esta escuela es proteger a mis empleados y es muy importante que tome los consejos de la manera más seria. Le tengo que advertir que por ninguna razón haga apuestas соn Pepito o Jaimito a menos de que esté 100% segura que va a ganar. ¿Entendido? Todavía recuerdo la última apuesta como si fuese ayer. Jaimito es un niño соn muchísima imaginación. Él aseguraba que tenía una nave espacial en su casa. Y, no solo eso, sino que era vecino de un tal chavo. ¿Ves? Como el profesor Domínguez no le creía nada a Jaimito, decidió apostar соn él. A él se le ocurrió ofrecerle una noche a Jaimito соn una de sus hijas. Lo único que tenía que hacer Jaimito era llevar la nave espacial al colegio al día siguiente. ¿Qué pasó? Lo sorprendente de esto es que llegó Jaimito volando en su platillo volador seguido por el chavo.
- Director: Recuerda que Jaimito tiene que aprender que no siempre se gana en las apuestas.
- Ya más tarde en el salón de clases...
- Profesora: Hola, niños. Yo soy la señorita González, la nueva maestra. Me han platicado muchas cosas buenas de ustedes. Quiero que se sienten en confianza de preguntar lo que quieran y comentar cualquier cosa.
- Al poco tiempo, Jaimito levanta la mano.
- Profesora:
''¡Ay, ****! Ya empezó este carajito queriéndome molestar. Este es el famoso Jaimito, el que habló el director. Tengo que tener mucho cuidado соn él.''
- Jaimito: ¡Yo, maestra! Yo tengo una pregunta.
- Profesora: Bien, Jaimito. ¿En que te puedo ayudar?
- Jaimito: Quería apostarle 50 dólares a que puedo adivinar el color de sus calzones.
- Profesora:
''Bueno, el director me dijo que no apostara соn Jaimito si no estaba segura de ganar, pero eso estará fácil. Iré al baño y me quitaré los calzones. De esa manera seguro ganaré y le daré una lección a Jaimito de que no siempre se puede ganar todas las apuestas.'' Esto, Jaimito, te veo al final de la clase para ver quien gana la apuesta.
- Durante el recreo, la maestra se fue al baño y se quitó los calzones. Unas horas más tarde, al final de la clase, Jaimito tiene su oportunidad de adivinar.
- Jaimito: Yo creo que tus calzones son...... azules.
- Profesora: Estás mal, Jaimito. Perdiste la apuesta.
- En eso, la maestra se levanta la falda mostrando que no llevaba calzones.
- Profesora: Ahora ya que perdiste, págame mi dinero y deja de estar molestándome.
- Jaimito: ¡Demonios! El único problema es que no traigo el dinero conmigo. Mi padre me está esperándome allá afuera. Acompáñeme y le pido el dinero.
- Cuando salieron de la escuela, estaba el papá de Jaimito esperándolo.
- Profesora: Mire, señor. Su hijo Jaimito acaba de perder una apuesta conmigo. El aposto que yo traía calzones azules cuando en realidad le mostré que no llevaba calzones, así que me debes 50 dólares y lo estoy acompañando para que me pague.
- Papá de Jaimito: ¿Qué? Es un ****.
- Profesora: Pues así es, pero, ¿por qué lo dice?
- Papá de Jaimito: Pues, esta mañana se acercó a mi y me dijo:
- Jaimito: Papá, te apuesto 100 dólares que para el final del día voy a ver la vаginа de mi maestra.
- Papá de Jaimito: Mejor que sean 200.

Chiste: Langosta Capitán América.
- Estaba Jaimito en casa cuando llega su papá y le dice:
- Papá de Jaimito: Jaimito, aquí esta lo que me pediste para tu cumpleaños. Una langosta disfrazada de Capitán América.
- Jaimito: ¡Demonios, papá! ¡Te dije que quería el Capitán América y cenar langosta!
- Al día siguiente, Jaimito se llevó su langosta a la escuela.
- Pepito: ¡Pero Jaimito! ¿Qué demonios es eso?
- Jaimito: Mi еsтúрidо regalo de cumpleaños. Mi papá se equivoco y me dio esto y ahora no se que hacer соn esta ваsurа.
- Pepito: Recuerdo que una vez me pasó algo así y vendí el regalo y obtuve algo de dinero y соn eso pude comprar lo que quería.
- Jaimito: Pero, Pepito. ¿Y tu papá no se enojó porque lo vendiste?
- Pepito: No. Le dije que lo perdí.
- Jaimito: Pero, ¡Pepito! ¡Eres un genio! Voy a hacer eso. Este... ¿No me vas a comprar esto?
- Pepito: No.
- Y Jaimito empezó a intentar vender la langosta a todo el que se le ponía enfrente
(Música vaquera)
- Jaimito, resignado, decide llegar a casa temprano sabiendo que no había nadie. Mientras veía la tele en horas de escuela, ve que su mamá está llegando a la casa соn un hombre y para evitar ser castigado, Jaimito corre a esconderse. Sin pensarlo dos veces, va y se mete al armario del cuarto de sus papás. Ya estando ahí, escucha que su mamá se mete en la cama соn otro hombre que no era su papá y empiezan a hacer el amor.
(Amor)
De repente, se escucha que su papá también llegó temprano y la mamá le dice al otro hombre:
- Mamá de Jaimito: ¡Мiеrdа! ¡Apúrate! ¡Escóndete en el armario que acaba de llegar mi marido!
- Jaimito: Мiеrdа, está oscuro aquí. ¿Verdad?
- Cura: Sí, pero cállate niño. ¿Qué demonios haces aquí?
- Jaimito: Este... ¿Sabes? Tengo una langosta disfrazada de Capitán América que ando vendiendo.
- Cura: ¿Yo para qué demonios
Quiero eso? ¡Qué juguete tan ridículo!
- Jaimito: Me lo regaló mi papá de cumpleaños.
- Cura: ¡Ja! ¡Pues tu papá te jodió, niño! ¡Qué regalo tan еsтúрidо!
- Jaimito: Pues, ¿sabes? Ya que llegó mi papá a casa, le puedo decir que piensas eso.
- Cura: ¡No! ¡Tranquilo, niño! ¡Tranquilo! Está bien. Está bien. Dime cuanto quieres por la langosta.
- Jaimito: 400 dólares. Acepto cheques y tarjetas de crédito.
- Cura: ¡Estás lосо! Esas langostas no cuestan más de 10 dólares.
- Jaimito: Bueno. Está bien. Déjame. Le voy a preguntar a mi papá a ver que opina.
- Cura: ¿Aceptas cheques de un banco extranjero?
(Dinero)
- Esa tarde el papá de Jaimito encontró la langosta enfrente de la casa.
- Papá de Jaimito: ¡Demonios! ¿Cuándo va a aprender este niño a cuidar sus cosas? Hijo, te tengo una sorpresa. Tu langosta. La vi tirada enfrente de la casa.
- Jaimito: Este... Gracias, papá. Mi juguete favorito.
- Al día siguiente, se repitió la historia y Jaimito intentó de nuevo vender la langosta.
(Música vaquera)
- Se fue temprano a casa, llegó la mamá temprano y Jaimito acabó en el armario.
- Jaimito: Мiеrdа, está oscuro aquí. ¿Verdad?
- Cura: ¡Demonios! ¿Qué haces otra vez aquí?
- Jaimito: Lo mismo digo. ¿Sabes? Ando vendiendo otra langosta.
- Cura: ¿Yo para que quiero otra langosta? La otra la tiré al frente de tu casa.
- Jaimito: Acaba de llegar mi papá. Le voy a decir lo que piensas de la langosta que me dio él.
- Cura: Está bien. Está bien. Te doy otros 400 dólares.
- Jaimito: Esta vale 900.
(Dinero)
- Al día siguiente...
- Papá de Jaimito: Jaimito, ¿qué demonios traes ahí?
- Jaimito: ¿Esto? Es mi nueva espada láser.
- Papá de Jaimito: ¿De dónde sacaste dinero para comprar eso?
- Jaimito: Pues, vendiendo la langosta.
- Papá de Jaimito: Pero ¡que саrаjо! ¡Que gente compró esa ваsurа! Pero, este..... Excelente juguete. Digo, ¿cómo соn el costo de vender una langosta pudiste comprar un juguete tan caro como una espada láser?
- Jaimito: Es que me dieron 1300 dólares por la langosta.
- Papá de Jaimito: Jaimito, has hecho mal en vender cosas que te he regalado sólo соn el fin de sacar dinero. Eso es codicia y has pecado, hijo mío. Ve a la Iglesia para que te confieses.
(Espada láser)
- Jaimito iba camino a confesarse cuando vio a un policía que le dijo:
- Policía: Niño, no más te recuerdo que si vas a la Iglesia tengas cuidado porque no hay electricidad en toda la cuadra.
- Jaimito llegó a la Iglesia y lo recibió una monja.
- Monja: Bienvenido a la casa del señor, Jaimito. No hay luz, pero pasa. El padre está solo en la Iglesia haciendo confesiones.
- Jaimito: Мiеrdа, está oscuro aquí. ¿Verdad?
- Cura: ¡No me jodas! ¡Otra vez tú! ¡Ya te compré dos langostas!