Un ciclista entra en una tienda de deportes y pregunta:
-¿ Tienen gorras de ciclista? El dependiente Vicente le saca las más baratas y, después de probárselas todas, el cliente dice:
- No, estas no las quiero. El dependiente le saca otras gorras de mejor calidad. Una vez pasadas todas por su cabeza, el cliente las vuelve a rechazar:
- No me sirven. Vicente, muy enfadado, le presenta la última remesa que le ha llegado:
- Estas son de Italia, y las llevan los mejores ciclistas del mundo.
- No, tampoco me sirven.
- Oiga, ¿de verdad quiere una gorra de ciclista? Porque todas las que le he dado lo son.
- Es que yo quiero una como las de mis compañeros, соn la visera detrás.
Esto era un tipo ingenioso que se fue a cortar el pelo, y el peluquero resultó ser un charlatán de cuidado. Así hablando el tipo le contó:
- Estoy pensando en ir de viaje a Roma.
-¿ A Roma? Allí apestan los spaguetti, anda que no hay sitios donde ir. ¿Соn qué compañía?
- AirItalia -Esa es malísima, mal servicio. ¿Qué hotel?
- Se llama Hotel Internacional Marriot -Menudos timadores, vaya ojo. ¿Y a qué vas?
- Si hay suerte a ver si podemos ver al Papa.
- Jaja, pero eso es imposible. En cualquier caso, suerte. Al mes siguiente volvió el tipo cortar el pelo y le contó:
- Pues mira, el viaje bien, la compañía se equivocó y nos puso en primera clase, el hotel quedó divino tras las recientes reformas y no te lo pierdas, por puro azar pudimos ver al papa e incluso nos habló. El peluquero todo impresionado preguntó:
-¿ Y qué te dijo?
- El Papa me susurró al oído: ¿dónde мiеrdа de cortaste el pelo?