Dos comadres se encuentran en el mercado y le dice una a la otra: Ay, comadre no sé que hacer соn mi hijo, es muy, pero muy тоnто, yo creo que es el más тоnто de los niños.
A lo que la comadre responde: No, no, no, mi hijo debe ser más тоnто, seguro le gana al suyo.
No, no, no, echa un vistazo a mi hijo... en eso la primera comadre llama a Pablito su hijo y le dice: Mira Pablito, ve a la casa y me buscas a ver si estoy. El niño partió, en el momento la segunda comadre le dice: Ay, eso no es nada mire esto: En eso llama a su hijo Rodriguito, y le dice: Mira Rodriguito, toma $10.00 y ve a comprar una televisión a color, y se va. Luego, en el camino se encuentran los niños y le dice uno al otro. Híjole mano, mi mamá es re-tonta muy pero muy tonta. A lo que el otro responde: No mano, mi mamá seguro que es mucho más tonta que la tuya. No puede ser. Oye esto, me mandó a la casa a ver si estaba y ni siquiera me dio las llaves para entrar. Y el otro le contesta: Pues eso no es nada, la mía me dio $10.00 para comprar una televisión a color, y no me dijo de que color la quería.
Parece que Dios ya estaba acabando de crear el universo, pero todavía le quedaban un par de cosas por repartir, así que decidió hablar соn Adán y Eva.
Les dijo que una de las cosas que aún le quedaban era algo que permitiría, a quien lo tuviera, hacer pipí estando de pie.
- Realmente es algo muy útil, les dijo Dios, y estaba pensando si les interesaría a alguno de ustedes.
Adán empezó a dar saltos y le rogó,
-¡ Yo quiero eso! ¡Dámelo a mí, porque yo sé cómo usarlo! Me parece que es justo la clase de cosa que un hombre debe poder hacer. ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favoooooor! ¡Yo quiero eso!
Y seguía pidiendo, mientras tiraba una de las mangas de la túnica de Dios.
Eva sonrió al ver esa escena y le dijo a Dios que si Adán deseaba tanto eso, debería dárselo a él.
Así que Dios le dio a Adán la cosa que le permitiría hacer pipí de pie, y que lo tenía tan emocionado.
Apenas lo recibió, Adán fue corriendo a probarlo sobre un árbol,y después escribió su Nombre en la arena, mientras reía a carcajadas, encantado de lo que podía hacer соn su regalo.
Dios y Eva lo estuvieron mirando un rato, y entonces Dios le dijo a Eva,
- Bien, aquí tienes la otra cosa que tengo para repartir, y que creo que te pertenece.
-¿ Y cómo se llama??, preguntó Eva.
- Cerebro?, dijo Dios.