Chistes de religión, Chiste de religión, Chistes religiosos
El padre Anselmo invita a la anciana organista de la parroquia, a que practique los últimos arreglos musicales que tiene para la semana Mayor, directamente en la iglesia, en su órgano musical.
Cuando el clérigo decide escuchar los ensayos, va y se sienta junto a la organista, y se dispone a disfrutar la música de la talentosa anciana, pero de pronto observa sobre el órgano, ¡una pequeña pecera de cristal que no tiene peces! en su lugar ¡hay un "condón" que flota sobre el agua! El cura mira a la organista extrañado, pero ésta no se da por enterada de la interrogación implícita que él tiene en su mirada. Sin poderlo evitar más el cura pregunta:
-¿ Que es eso que flota en la pecera?
- Ah! sí padrecito: es que un día encontré en la calle un pequeño sobre plástico muy curioso, lo levante y leí que decía:
"Consérvelo en un lugar fresco."
"Colóquelo sobre el órgano para evitar enfermedades contagiosas."
- Y desde que lo estoy haciendo, ni un resfriado me ha dado!
La oración de Cornelio
Oh Señor:
Que mi esposa nunca me ponga cuernos
Y, si lo hace, que nadie la vea
Y, si la ven, que nadie me lo cuente
Y, si me lo cuentan, que yo no les crea
Y, si les creo, que yo no me de ira
Y, si me da ira, que no la asesine
Y, si la asesino, que no me encarcelen
Y, si me encarcelan, que no me violen
Y, si me violan que no sienta dolor
Y, si siento dolor, que no me guste
Y, si me gusta, que no me saquen de la cárcel
Un hombre acude a la parroquia del barrio y le dice al párroco:
- Buenas, venía a ver si me bautizaba usted al реrrо.
-¿ Pero qué dice? Los perros no se bautizan, se pueden bendecir el día San Antonio, pero nada más, si usted quiere.
- No, no. Yo quiero que lo bautice.
- Que le digo a usted que no.
- Padre, es que el реrrо es como de la familia... además si lo bautiza le dejaremos a la parroquia un donativo de 100 mil pesos.
- Bueno, la verdad es que... si me lo trae ahora..., pero rápido.
Total que lo bautiza.
A los dos meses viene el obispo de visita y se fija en el nuevo órgano, en el nuevo retablo, en los nuevos bancos y le dice al párroco:
- Pero no me habías dicho que la parroquia estaba mal de economía.
- Si... pero...(llorando) Señor obispo , no se lo puedo ocultar , un hombre me pago si le bautizaba a su реrrо y acepté. ¡Buuuuaaaaaa!
- Pero... ¿Qué has hecho insensato?, Un sacramento a un animal?... eso va contra los preceptos de la Iglesia, mal cura, desgraciado, ignorante....¿Por cuánto se lo bautizaste? dice el obispo.
- Por 100 mil pesos, Señor obispo.
- ¡¡¡¡¡100 MIL!!!!! (más tranquilo) Y... ¿no te dijo nada de la primera Comunión?.
Dos monjas salieron del convento a vender galletas. Una era la Hermana Matemática (M), y otra la Hermana Lógica (L).
M - Está empezando a caer la noche, y aún estamos muy lejos del convento.
L - Hermana, ¿se ha dado cuenta de que nos sigue un hombre hace media hоrа?
M - Sí, y qué será lo que quiere?
L - Es lógico. Nos querrá violar.
M - ¡Dios Mío!. Calculo que si continuamos caminando a este ritmo, nos alcanzará dentro de 15 minutos. ¿Qué podemos hacer?
L - La única cosa lógica que podemos hacer es caminar más rápido!!!
M - No está funcionando!!!
L - Claro que no! Él hizo la única cosa lógica que se podía hacer: caminar más rápido!!!
M - Y ahora, ¿qué vamos a hacer? ¡¡¡Nos alcanzará en un minuto!!!
L - La única cosa lógica que podemos hacer es separarnos. Usted vaya por aquel lado, y yo para este otro. ¡No podrá seguirnos a las dos!
Entonces, el hombre decidió seguir a la Hermana Lógica. La Hermana Matemática llegó al convento, preocupada de lo que pudiera haberle ocurrido a la Hermana Lógica. Al cabo de un rato, llegó la Hermana Lógica.
M - ¡Hermana Lógica! Gracias a Dios que llegó usted. Cuénteme qué ocurrió.
L - Ocurrió lo lógico. El hombre no podía seguir a las dos, por lo que optó por seguirme a mí.
M - ¿Y qué ocurrió después?
L - ¡Lo lógico!. Yo comencé a correr lo más rápido que pude, y él también.
M - ¿Y?L - De nuevo lo lógico. Me alcanzó.
M - ¡Dios Mío!. ¿Y qué hizo usted?
L - Hice lo lógico. ¡Me levanté el hábito!
M - ¡¡¡Dios Mío, Hermana!!! ¿Y qué hizo el hombre?
L - Él también hizo lo lógico. ¡¡¡Se bajó los pantalones!!!
M - ¡Oh, no!. ¿Qué ocurrió después?
L - ¿Acaso no es obvio, Hermana? ¡Una monja соn el hábito levantado corre mucho más deprisa que un hombre соn los pantalones bajados..!