Una pareja casada desde hace treinta años, no ha perdido nunca una noche de pasión conyugal. Pero, no encontrándose bien, la mujer consulta a su médico de cabecera, el cual le recomienda que se tome un completo descanso durante seis meses o se quedará muerta. Marido y mujer deciden permanecer separados durante ese largo período de tiempo. Ella se traslada a una habitación del piso superior, y él se queda a dormir en la planta baja. Después de tres meses de total abstinencia y soledad nocturna, la fuerza de ánimo del marido se derrumba de golpe. Esa noche, sale de su habitación decidido a alcanzar a su mujer. Justo cuando está a punto de subir por la escalera, se encuentra de frente a su esposa, que iba a buscarle. Sus ojos se encuentran, y es ella la que confiesa:
- Querido, había decidido bajar a suicidarme. A lo que él responde, sonriendo:
- Me alegro, tesoro, porque yo estaba subiendo dispuesto a matarte.