Chiste de largos, Cuentos Graciosos
Hugo Chávez fue a visitar una clase de 4to. Grado de una escuela primaria. Su llegada se produjo durante una discusión acerca de las palabras y sus significados. La maestra preguntó al Presidente si le gustaría participar en la discusión sobre el significado de la palabra "tragedia". Entonces, el ilustrado líder pidió a la clase un ejemplo de "tragedia".
Un pequeño niño se paró y dijo:
- Si un amigo mío esta jugando en la calle y lo atropella un auto, eso es una tragedia.
- No. Eso sería un accidente.
Una pequeña levanto su mano y dijo:
- Si un bus de transporte escolar se desbarranca en un precipicio, muriendo todos sus ocupantes, eso sería una tragedia.
- Me temo que no. A eso podríamos llamarlo una gran perdida.
El silencio creció en el aula. Ningún otro alumno se animó a dar una respuesta. Chávez los instó a continuar, diciendo:
- ¿Es que no hay nadie que pueda darme un ejemplo de lo que es una tragedia?
Finalmente, en el fondo de la clase, un pequeño muchacho levanto su mano y соn voz muy tenue, se animó a decir:
- Si el avión presidencial está transportando al Sr. Presidente y a todo el Gabinete y un misil lo destruye, haciéndolo añicos, eso sería una tragedia.
- ¡Fantástico! - dijo Chávez - Eso está muy bien. ¿Y podrías decirme por qué eso sería una tragedia?
- Si - dijo el chico - Porque, en primer lugar, no sería un accidente y en segundo lugar, tampoco sería una gran pérdida.
Un hombre se sienta en un tren frente a una voluptuosa rubia que lleva una pequeña minifalda puesta. Aunque quisiera, no era capaz de retirar su mirada de los muslos de ella. Como era de esperar, se da cuenta de que va sin ropa interior.
La rubia se da cuenta de que el la mira ahí, y le dice:
- ¿Me estás mirando la vаginа?
- Si, disculpa.
Responde el hombre, tras quitar su mirada.
- Está bien -responde la mujer- Es muy talentosa, mira esto, voy a hacer que mi vаginа te mande un beso.
Increíblemente, la vаginа le manda un beso. El hombre, totalmente asombrado, pregunta que otra cosa puede hacer.
- Puedo también hacer que te guiñe un ojo, dice la mujer.
El hombre mira asombrado como la vаginа le hace un guiño.
- Ven y siéntate al lado mío.
Sugiere la excitada mujer.
El hombre se sienta a su lado y ella le pregunta:
- ¿Quieres meter un par de dedos ahí?
Paralizado de asombro, el hombre responde:
- ¡No me jodas que también silba!